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jueves, 17 de agosto de 2017

Cap XII (Los preparativos parte III)

Un día más el sol se colaba por la ventana del dormitorio de Spencer, acariciando con sus rayos a los hermanos, el menor comenzó a despertar y sonriendo mientras se estiraba sintió la sequedad de la cama. Con sus brazos tocó a su hermano mayor que se despertó y perezosamente se rascó la cabeza, este también notó que la cama estaba seca, de manera disimulada ambos se tocaron la entrepierna para intentar palpar si el pañal calzoncillo estaba mojado, el primero en hacerlo fue Spencer, el cual tocó y le pareció seco, cuando Logan comenzó a tocar su "protección" entró su madre y de una manera muy alegre y enérgica comenzó a hablar.
-Buenos días mis pequeñines, ¿Cómo habéis dormido? ¿Ha habido algún accidente?
Ambos chicos con rubor en sus mejillas negaron, a lo que su madre inclinó la cabeza y la sacudió, mientras con una expresión cansada decía.
-¿Estáis seguros de eso? ¿Os importa que mami lo compruebe?
El color rojo no abandonaba las caras de los hermanos, Spencer muy lentamente se dispuso, se colocó de pié frente a la cama, por el contrario el mayor, como siempre era más reacio, pero si algo había aprendido desde que comenzó su castigo era que ya no había miramientos con su culo, si desobedecía su culo se pondría al rojo y al final sus padres obtendrían lo que quisiesen desde un primer momento, sin darse cuenta, la rebeldía para el era cada vez menos una opción. Finalmente ambos estuvieron colocados en fila, su madre comenzó por Spencer, palpó la entrepierna de su hijo pequeño provocando un sonido plástico, este no dijo nada, solo estaba colorado como la remolacha, finalmente Daniela bajó el pijama de este hasta los tobillos y dijo.
-Spencer cariño, estas mojado.
La cara del rubio pasó de rojo remolacha a blanco nuclear, mientras unas lágrimas comenzaban a inundar sus ojos, su madre lo abrazaba mientras le decía.
-Ya está mi pequeñin, no llores, no pasa nada
El mayor expresó un aire de suficiencia mientras decía.
-Ya sabía yo quien era el meón
Daniela miró con fuego en los ojos al castaño mientras decía.
-Espero por tu bien que no estés mojado.
Súbitamente se levantó, dio una última caricia consoladora a Spencer y se dirigió a Logan, al cual directamente le bajó el pijama.
El mayor no esperaba una actuación tan rápida, por lo que no se dio cuenta de que estaba semidesnudo hasta que el fresco aire de la mañana tocó su piel, el contraste de su piel caliente con el frío provocó en el chico unas ganas irrefrenable de hacer pis, de pronto se vio frente a su madre y su hermano vestido solo con el pañal calzoncillo y haciendo un infantil bailoteo para luchar contra las ganas de hacer pipí, como pudo dijo.
-Mami, me han entrado muchas ganas de ir al baño, puedo ir?
-Bueno, supongo que si, puesto que estas seco después de todo, no quiero que tengas un accidente estando despierto.
Logan salió disparado hacia el baño, mientras salía su madre le dio un azote que detuvo momentáneamente su avance y que resonó con un sonido sordo, esto provocó que un chorrito de pis se le escapase y fuese recogido por la protección nocturna, al sentir esto, con una expresión de terror, reanudó su marcha, fue en el pasillo donde se topó con su padre, el cual lo retuvo dándole un fuerte abrazo y levantándolo por los aires mientras le daba los buenos días. 
El castaño sentía como otro buen chorro de pis inundaba su pañal, frenéticamente se liberó de los brazos de su padre y corrió hacia el baño, una vez allí, con virulencia se bajo el pañal calzoncillo rompiendo uno de los laterales de este e instintivamente se sentó en la taza, aún le quedaba bastante pis que expulsar y mientras eso pasaba decidió inspeccionar los desastres que podían haber ocasionado las inundaciones involuntarias. Comprobó cómo en el interior del pañal calzoncillo había una mancha amarilla mediana, se veía que no había sido un accidente, pero tampoco un escape momentáneo, reparó también en el lateral roto, mientras bufaba y maldecia su suerte terminó de orinar, finalmente se levantó, tiró de la cadena y se subió de nuevo aquella prenda que le obligaban a llevar. 
Pudo notar que el pis se había enfriado, la sensación le resultaba totalmente repulsiva, tener que ir por ahí paseándose en sus propios meados, para colmo tenía que agarrarse la parte delantera y la trasera, puesto que si no lo hacía se quedaba totalmente desnudo. Humillado como no lo había estado hasta ese momento, regresó al cuarto de su hermano donde se encontró a este siendo acunado por su madre mientras esta le cantaba una nana, la mujer ya calmada, al ver que su hijo mayor había regresado y en las condiciones en las que lo había hecho dijo.
-Logan, cariñito, ¿Que te ha pasado?
-Me lo he bajado demasiado deprisa...
Dijo el mayor mirando hacia otro lado y con el tono más condescendiente que pudo usar y omitiendo el detalle de su pequeño escape.
-Bueno, pues entonces mejor que os bañeis juntos, no puedes esperar teniendo que sujetarte el calzoncillo.
El castaño estaba rojo, pero muy airado dijo.
-No pienso bañarme con el meón, esta empapado en sus propios meados y si me baño con el me pasará el olor a mi.
Estas palabras provocaron una vez más el llanto de Spencer que continuaba en brazos de su madre. El rubio pensaba.
-Ahí está otra vez, mi hermano el arisco, siempre metiéndose conmigo y haciéndome llorar, es como si dentro de él hubiese dos personas, el hermano amable que me quiere y en ocasiones me muestra su cariño y el estúpido que suele predominar.
Mientras, fuera de sus pensamientos su madre muy enfadada regañana a Logan.
-... Y AHORA JOVENCITO, TE VAS A BAÑAR CON TU HERMANO O TE BAÑAREMOS TU PADRE O YO.
Logan muy asustado por esta amenaza cedió a bañarse con Spencer, ambos caminaron en silencio como si se estuviesen dirigiendo al patíbulo, entraron al baño, allí el ritual fue el mismo, desnudarse, bañarse, su madre entró a llevarles sendos calzoncillos idénticos, se vistieron, comieron y pasaron el día tratando de evitarse e ignorarse mutuamente, finalmente llegó la noche, como ya era costumbre, mandaron a los chicos a la cama, en esta ocasión a Logan se le permitió acostarse con calzoncillos, mientras que Spencer era obligado una vez más a llevar su protección nocturna. Esa noche no buscó el abrazo de su hermano mayor, sino que por el contrario cogió su oso de peluche favorito y lo abrazo todo lo fuerte que pudo. Los chicos se durmieron sin mediar palabra entre ruidos plásticos provenientes de debajo del pijama del pequeño.
La mañana llegó, ese día Luke libraba en su trabajo, por lo que fue a despertar a sus hijos, la escena que encontró fue conmocionadora, pues allí estaban sus pequeños, durmiendo apaciblemente y vestidos con sus pijamas, solo que al rededor del mayor una mancha de humedad empapaba toda su entrepierna, Luke se rascó la cabeza, intento determinar la mejor manera como abordar el asunto, finalmente decidió sentarse en el borde de la cama y acariciar la cabeza de su hijo mayor, este comenzó a despertar, al ver a su padre acariciandole mostró una sonrisa complaciente. Mientras su padre le decía con voz calmada.
-Buenos días Gatito
-Buenos días papi
Sin darse cuenta, la costumbre de llamar a sus padres "Papi" y "Mami" se estaba convirtiendo en un hábito frecuente y natural. Perezosamente comenzó a rascarse los ojos, con el movimiento despertó al pequeño que comenzó a desperezarse muy lentamente, de un modo que casi parecía que se había vuelto a dormir. Inexplicablemente Logan aún no había notado la humedad de su cama, por lo que la noticia calló sobre el como un martillo, partiendole por la mitad.
-Escuchame gatito, tienes que levantarte em... Has tenido... Un... accidente...
El castaño abrió los ojos como platos, mientras se incorporaba de un salto y esto causaba el sobresalto de su hermano pequeño que conmocionado vio la escena, Logan no podía decir nada, simplemente las lágrimas comenzaron a brotar como el día anterior le había pasado a Spencer, solo que en esta ocasión fue su padre quien comenzó a calmarlo. El mayor de los hermanos seguía llorando sin consuelo abrazado a su padre y este le decía cosas tranquilizadoras.
-Ya está hombrecito, shhh... Ya ha pasado, esto es sólo una fase, no llores más mi principito.
Por más que el hombre lo intentaba nada lograba calmar los gritos de llanto de su hijo. Tan altos eran estos que atrajeron al resto de habitantes de la casa, llegaron Calletana y Daniela, ambas vestidas con batas de encaje fino. La primera en hablar fue Daniela.
-¿Qué ha pasado?
Dijo un instante antes de fijarse en la escena que había dentro del cuarto. El ver a su primogénito empapado en un pijama de una sola pieza y llorando en los brazos de su marido le causó una gran empatía, se sentía muy mal por el, pero en cierto modo no pudo evitar verlo mono, tierno, adorable, vulnerable y mil adjetivos sinónimos. Desechó aquellos pensamientos y se lanzó a consolar a su pequeño, abrazandolo también decía.
-¡Ay mi pequeñin! Tranquilo ya está ya pasó
Spencer que hasta ahora había observado desde atrás la escena se puso muy celoso, por lo que se lanzó a la captura de los mimos, pero lo más que obtuvo fue un abrazo en común con su hermano y unas caricias en la espalda. Un poco frustrado se retiró, buscó a su oso de peluche que estaba por el suelo y lo abrazó muy fuertemente mientras hinchaba los mofletes en señal de enfado, pues todo el mundo parecía olvidar que el llevaba protección para eso mismo y parecía como si a nadie le importase que el pudiese estar mojado también. Entonces intervino Calletana que había visto todo esto como una espectadora.
-¡Vaya! Siento lo que te ha pasado campeón, dicen que el estrés puede ser un factor muy importante en estos casos, y ya se sabe el gran estrés que puede suponer una boda, sobre todo para niños pequeños.
Las palabras de su tía se clavaron y hundieron en el corazón de Logan mientras entre sollozos pensaba.
-¿Niños pequeños? Verdaderamente esta no sería la situation que viviría un chico normal de 14 años.
Sin que el chico dejara de llorar su padre lo levantó y lo puso de pie, le quitó el pijama, lo recogió al modo princesa y se lo llevó en brazos con dirección al baño, mientras Daniela comprobaba a su hijo pequeño que aún mostraba signos de enfado.
Logan estaba totalmente deshecho, poco quedaba en ese momento del orgulloso adolescente que había sido apenas cinco días atrás, ahora lloraba en los brazos de su papi desconsoladamente porque había mojado la cama, no percibió que su padre le bajaba su slip empapado y lo metía en la bañera hasta que notó el agua a su alrededor, pero para entonces tampoco tenía ánimos de protestar, de pronto se abrió la puerta y un muy animado Spencer vestido solo con su pañal calzoncillo entró en el baño brincando. Su padre le dijo.
-Hola gatito, te veo muy contento ¿Vienes a bañarte con nosotros?
-si papi y mira
El rubio comenzó a bajarse su protección, se la quitó y le mostró el interior.
-¡ESTOY SECO!
Decía eufórico, esto solo sumó dolor y humillación al mayor que solo soltó un quejido que fue ignorado por todos. Su padre aplaudiendo dijo.
-¡Muy bien! ¡Así se hace! ¡Ese es mi pequeñin! ¡Que orgulloso estoy de tí!
Logan veía desde dentro de la bañera como su papi ahora abrazaba a su hermano y le besaba como felicitación por haber mantenido seca la cama, finalmente lo levantó y lo metió en la bañera junto a él, entonces cogió una esponja y comenzó a frotar la espalda del mayor, su padre le estaba dando un baño y no le estaba importando. Por suerte para él, este respetó sus áreas privadas, una vez terminó con Logan ayudó a terminarse a Spencer, tras esto los sacó, los envolvió en dos toallas grandes que había y se los llevó en brazos al cuarto, donde empezó a vestirlos y una vez estuvieron listos bajaron a desayunar, esto se desarrolló igual que el día anterior, con el silencio sepulcral de los dos chicos, hasta que la madre lo rompió diciendo.
-Bueno mis peques, hoy tenemos que ir a que os hagan las pruebas de los trajes de boda de vuestra tía.
Logan no quería ir de nuevo a pasar vergüenza a aquella tienda, pero no tenía ánimos para replicar y Spencer se limitó a asentir. Una vez terminado su desayuno recogieron la mesa, se metieron en el coche y se pusieron en marcha hacia la tienda. Una vez llegaron pasaron a la trastienda y de nuevo el caballero indicó que se quitasen la ropa, pero en esta ocasión a los dos muchachos, Logan tan solo quería que aquello acabase cuanto antes, por lo que comenzó a desvestirse, Spencer lo imitó, el hombre se marchó y volvió arrastrando lo que se podía intuir, era un cuelga perchas con ruedas, pero no lo sabían con certeza puesto que estaba tapado con una sábana. Cuando el dependiente miró a los chicos, con una risa dijo.
-!Vaya, no sabía que iba a atender a Oliver y Benji!
El mayor de los hermanos no comprendía por qué decía esto, hasta que se miró abajo, con todo lo que había pasado no se había percatado de que de nuevo llevaba calzoncillos idénticos a los de Spencer, unos Slips blancos con botas de fútbol y silbatos.


 Este jocoso comentario provocó la risa de los mayores, una sonrisa incómoda por parte del pequeño y una cara de color lava por parte del mayor, tan como lava de volcán que explotó al ver los trajes, podían ver tanto el masculino como el femenino, pero al castaño le parecían trajes para niños de cinco años en vez de un traje para un chico de catorce, el femenino era un vestido acampanado sin mangas, acompañado de una especie de bragas a juego y un gorrito, todo de color marfil satén y adornado con lacitos verdes por varias partes, el masculino, era un traje de una sola pieza, de manga corta, pantalón extremadamente corto, en el mismo color que el vestido, con unos botones en el pecho de color verde que eran la única abertura del traje y un fajín del mismo color.

Logan estaba a punto de explotar cuando intervino su tía diciendo algo que le calmó.
-Pero disculpe, los dos trajes masculinos son exactamente idénticos, creo recordar que le pedí expresamente que el del mayor fuera de pierna larga.
El caballero miró y sin mucho revuelo explicó.
-Sí, eso es cierto, pero puesto que es un traje de talla infantil, no se le pudo hacer el pantalón más largo, debido a que el usuario hubiese perdido demasiada movilidad y las costuras se habrían sesgado, y esto es alta costura, no podemos permitir algo así. 
Cayetana pareció observar un momento a aquel hombre, asimilando este cambio, pero finalmente hablo.
-Bueno, que le vamos a hacer, pero al menos nos hará una buena rebaja debido a este cambio sin autorización ¿Verdad?
-Por supuesto señora, el cliente siempre es lo primero.
Logan horrorizado por lo que le iba a obligar a llevar explotó.
-¡NOOOOOOOOOOOO! NO PODÉIS OBLIGARME A LLEVAR ESA MIERDA, NO TENGO CINCO AÑOS, NO PIENSO PONÉRMELO NI SER COMITIVA INFANTIL, NI POR TODAS LAS MOTOS DEL MUNDO, TENGO CATORCE AÑOS QUE OS QUEDE BIEN CLARO.
Todos en la sala se quedaron estupefactos, el castaño jadeaba después de haber soltado todo aquello, miró las caras de los mayores, su madre y su tía tenían caras de horror, como si hubiese cometido el peor crimen de la humanidad, su padre estaba rojo, de ira, imaginaba, el dependiente tenía cara de poker y su hermanito tenía cara asustada, la tensión se cortaba con un cuchillo, hasta que su padre habló.
-Daniela, Cayetana, vestid a los niños, y usted señor, por favor ruego disculpe a mi hijo, está chinche porque esta mañana ha mojado la cama y esta tarde aún no se ha echado su siesta, los trajes son maravillosos, podría ponerlos ya para llevárnoslos, seguro que están perfectos.
El dependiente asintió sin una palabra y se llevó los trajes Daniela vestía muy bruscamente a Logan mientras Cayetana vestía a Spencer. Recogieron tres grandes bolsas en el mostrador y se marcharon, una vez en el coche su madre y su tía empezaron a llorar diciendo que había sido una vergüenza de espectáculo en una tienda de tanto renombre. Los niños no hablaban, solo miraban abajo. una vez en casa, Spencer, Daniela y Calletana entraron en casa mientras que Logan se quedó fuera con su padre, este lo cogió del brazo y zarandeadolo le dijo.
-Logan... esto que has hecho hoy lo vas a lamentar de un modo que no puedes ni llegar a imaginar.
Dicho esto, entraron en la casa sin soltar al chico, lo llevó hasta la habitación de Spencer, el castaño no paraba de intentar que su padre lo escuchase.
-Pero papi... papi... papi...
-ZAS
Una bofetada cruzó la cara del catorceañero creándole ligeras lágrimas en los ojos, pero antes de que pudiese decir nada su padre habló de nuevo.
-QUE NO QUIERO ESCUCHARTE NI UNA PALABRA MÁS
Finalmente llegaron al dormitorio, allí el adulto abrió el cajón de la ropa interior de su hijo pequeño y extrajo un pañal calzoncillo, antes de que el castaño pudiese unir conceptos, su padre de un solo tirón, le bajó los pantalones y los calzoncillos, después de un tirón hacia arriba le quitó la camiseta, lo tiró sobre la cama y mientras sus pies estuvieron en el aire aprovechó para ponerle la protección, lo levantó y terminó de ajustársela, después lo acostó en la cama y bajó las persianas, y mientras salía le dijo.
-Y ahora, mientras tomas tu siesta, piensa en lo que has hecho, cuando despiertes tendrás tiempo de disculparte.