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jueves, 6 de julio de 2017

Cap XI (Los preparativos parte II)

El desayuno finalizó, Spencer se marcho al colegio y mientras Logan, ataviado con  el delantal de "el pequeño ayudante de mami" recogía la mesa mientras su madre y su tía terminaban de arreglarse, una vez estuvieron listas, bajaron, iban muy arregladas, cuando estas vieron a Logan, lo miraron de arriba a abajo y le su madre le dijo.
-Logan, hombrecito, mejor sube y cámbiate las zapatillas, esas están muy viejas, hoy vamos a ir a tiendas de diseño y no puedes ir con eso.
El chico sabía a qué zapatillas se refería su madre, eran sus zapatillas nuevas, las negras de belcro con dibujos de Mickey Mousse. Rápidamente replicó.
-Pero mami... Esas son de niño y tienen belcro...
-nonono, nada de discusiones, las reglas ¿recuerdas?
-Pero...
Su madre sin mediar más palabra cogió a su hijo del brazo y lo llevó escalera arriba, hasta el dormitorio de este. Allí esta, lo dejo de pie en mitad de la habitación y comenzó a desatarle los cordones, una vez deshizo el primer nudo, pidió a su hijo que levantara el pie, a lo cual el chico comenzó a negarse y replicar, pero entonces de nuevo su madre le detuvo diciendo.
-Nonono, ¿otra vez? ¿Tengo que recordarte todas las reglas? Como vuelvas a romper otra regla tendré que darte los catorce azotes del mentiroso...
Logan como movido por un resorte se detuvo y dejó que su madre le quitase las zapatillas, una vez estuvo descalzo, Daniela se detuvo y miro a los pies de su hijo y suspirando dijo.
-¿De donde has sacado estos calcetines? ¿Tienes un cajón secreto donde guardas todos estos harapos? Con la cantidad de calcetines nuevos que tienes, anda vamos a ver.
La mujer se retiró y abrió un cajón de la mesita de noche de su hijo, empezó a remover buscando, hasta que  finalmente extrajo unos calcetines que para horror de Logan tenían el mismo estampado que sus calzoncillos, Daniela empujó a su hijo hasta que lo tiró sobre la cama, una vez sentado comenzó a remangarle el pantalón, por suerte ese día el castaño se había puesto unos pantalones bastante holgados, por lo que su madre pudo subirle el pantalón sin problema, entonces comenzó a ponerle los calcetines, estos eran largos, le llegaban a la altura de las rodillas, Logan miró hacia abajo y sintió como si llevase los calzoncillos en los pies, quería gritar y golpear a alguien, pero sabía lo que aquello conllevaría, por lo que se reprimió, finalmente su madre le bajó las piernas de los pantalones, le puso  las zapatillas nuevas y le ajustó las cintas de belcro. Tras esto, su madre dio unas palmadas en uno de los pies del castaño y le instó para que bajase rápidamente, este se miró los pies por un momento y pudo ver lo infantil que le quedaba aquel calzado, se puso un cojín en la cara y gritó hasta desahogarse, finalmente decidió no pensarlo más y bajó, mientras caminaba pudo notar que a pesar de que detestaba sus nuevas zapatillas, le resultaban extremadamente cómodas. Una vez abajo, antes de salir su madre le dijo.
-Logan, mi cielo, antes de salir ¿tienes que ir al baño?
-¿Qué?
-Que si tienes que hacer pipí tontín
-No, obviamente, ¿a que viene esa pregunta?
-Tranquilo hombrecito, es solo que vamos a estar hoy de arriba para abajo todo el día y no se cuando vamos a parar
-No tengo que ir al baño ¿Vale?
De pronto unos brazos rodearon al chico dándole un abrazo, y le mecía, cuando Logan reaccionó y vio a su tía sobre el que le decía.
-Ay mi pequesobri, ¿estas chinche por lo de esta mañana?
El chico se encendió y bajó la cara, rojo como un tomate con un sentimiento mezclado entre vergüenza e ira, no respondió, solo se liberó del abrazo y rápido como una centella entre las risas de su tía y su madre se dirigió al coche, tras esto, las mujeres salieron por la puerta y pusieron rumbo al centro. Llegaron a la calle de las tiendas de lujo de la ciudad, allí entraron a Versace, los dependientes, como era habitual, les ofrecieron champagne, y vinos, además de canapés, y todo lo que pudiesen desear las clientas, un joven preguntó.
-¿El chico desearía tomar algo?
Daniela sin dar tiempo a consultarlo con su hijo dijo de manera muy dirigente y como si supiese lo que su pequeño deseaba.
-Un zumo de manzana, muchas gracias.
Los dependientes se retiraron un momento y Logan fue a reclamar por esta decisión de su madre, sin embargo, esta, intuyendo lo que iba a hacer su hijo le cogió del brazo con mucha fuerza mientras gritando en voz baja decía.
-No me vayas a montar una escenita aquí, esto es un sitio de categoría, no nos hagas quedar mal, compórtate, si te he pedido un zumo de manzana, tu te lo tomas y eres el niño perfecto ¿Está claro?
Logan atónito ante esto se calló, mientras tanto, llegó de nuevo el dependiente que traía un par de copas muy elegantes de champagne y un vaso muy ancho con hielo y lo que el castaño dedujo que sería su zumo de manzana, se lo entregaron y se lo bebió enseguida, mientras miraba como a su madre y su tía elegían delicadamente cada prenda y los dependientes les hacían la pelota. Se sorprendió de ver la elegancia y el estilo con el que se comportaban ambas mujeres. Logan sabía que su madre junto a sus hermanas cuando eran jóvenes habían viajado por todo el mundo, se habían hospedado en los mejores hoteles y se habían juntado con la Jet set, pero que después, su madre se había casado con su padre y eso no le agradó mucho a su abuelo, sus padres no solían hablar mucho del pasado, y a Logan y Spencer no les habían enseñado jamás nada de cómo comportarse en un ambiente como aquel, comenzó a alejarse mientras echaba un ojo a toda la tienda, paseó hasta que vio algo que llamo su atención, un maniquí masculino que llevaba puesto un bóxer, solo hacía tres días que estaba usando slips y ya echaba de menos los boxers, de pronto pensó que no sólo estaba usando slips, sino en el tipo de slip que llevaba puesto en ese momento, la vergüenza y la ira le recorrían, estaba a punto de explotar cuando escuchó la voz de su madre.
-Logan, cielito, ven aquí anda
El chico llegó a donde estaban su madre y su tía, la primera le ofreció su mano, este extrañado la tomó, entonces recibió un apretón tan fuerte que tuvo que reprimir un grito, sabía que con ese gesto le estaba diciendo que no se moviese de su lado. Por si no le había quedado claro, su madre le atrajo de la mano hacia ella y le dijo.
-Mi vida, no te alejes que te puedes perder y le darías un disgusto a mami, anda, cógeme de la mano.
Logan hizo lo que se le pidió, una vez terminaron de ojear, se marcharon de allí, Logan fue a soltarse de la mano de su madre que aún lo llevaba cogido, pero su madre no se lo permitió, el castaño tuvo que soportar la vergüenza de ser arrastrado a los catorce años de la mano de una tienda a otra por su madre. Recorrieron Pedro del Hierro,
Gucci, Chanel y mil tiendas más hasta que ambas mujeres estuvieron satisfechas, para entonces Logan ya estaba bastante cansado de ver tiendas, sin embargo su tía lo miró y le dijo.
-Muy bien Logan, es el momento de ir a buscarte un traje a ti y a Spencer.
De nuevo el mundo calló con toda su crueldad sobre el chico, su tía anunció que se dirigían a armani, donde había seleccionado ya unos cuantos, entraron en la tienda y el procedimiento fue igual que en las anteriores, el dependiente era un señor canoso con un traje, muy elegante, miro a la madre y a la tía de Logan y les dijo.
-¿Puedo ayudarlas en algo señoras?
Cayetana comenzó a hablar
-Hola buenas, pues mire, encargué unos trajes para una comitiva infantil de boda, ha habido algunos problemas y será un traje menos, pero también necesitaríamos un traje para este señorito.
Dijo señalando al castaño, el dependiente miró al chico, parecía que le estaba examinando de arriba abajo, Logan se percató también de que seguía cogido a la mano de su madre, intentó liberarse, pero esta no se lo permitió. Entonces finalmente el dependiente se dirigió de nuevo a su tía.
-¿Un traje de adulto con corbata para este niño?
-Sí por favor
Concluyó su tía, Logan no sabia que hacer o decir, ¿A qué se había referido exactamente con un traje de adulto para este niño? ¿Que pasaba por aquella canosa cabeza? El dependiente finalmente se dio la vuelta y pidió que le siguiesen, llegaron a una zona donde el hombre comenzó a sacar trajes que podrían ser de la talla de Logan y a mostrárselos a su madre y su tía, ambas seleccionaban algunos, finalmente, el señor, cargando con seis trajes les indicó que pasasen a la parte de atrás de la tienda, una habitación llena de telas, máquinas de coser, cintas métricas, espejos y demás, allí el señor indicó que Logan podía probarse los trajes ahí, y tras decir esto se marchó. El castaño pidió un poco de intimidad para cambiarse, sorprendentemente su madre y su tía salieron de la habitación, allí se desnudó quedando solo en calzoncillos y calcetines, allí se vio en un espejo de cuerpo entero, se recordó al chico que modelaba en el paquete en el que venía su ropa interior, se odiaba a sí mismo, sin pensarlo más cogió los pantalones del traje y comenzó a ponérselos, cuando se subía la cremallera, de repente irrumpió su madre con una serie de camisas que acompañasen, se las dejo y salió de nuevo, Logan se terminó de vestir y llamó a los que le esperaban fuera, todos entraron y vieron como el traje le quedaba al castaño demasiado grande de espalda y un poco grande de pierna, y la corbata era demasiado ancha, parecía un niño que se viste con la ropa de su padre, su madre y su tía no pudieron reprimir una risa, el dependiente intervino.
-Lo que me imaginaba, es demasiado pequeño para un traje.
Cayetana intervino con un cierto tono de preocupación.
-¿Y no hay ninguna solución?
-Podríamos hacerle un traje a medida, pero es mucho más caro que arreglar uno normal y tampoco se quedaría bien del todo, su problema es que a su edad los niños tienen un cuerpo difícil, no son hombres para llevar un traje de hombres, pero tampoco son niños para llevar uno de niños.
-Y el dinero no es problema, pero ¿Cuanto tardaría en hacérselo a medida?
-Una semana, cinco días como mínimo
-Demasiado
Concluyó la novia, que intentaba pensar en un plan alternativo, otras tiendas no ofrecían sección de tallas pequeñas, hasta que como si se le hubiese encendido la bombilla dijo.
-De acuerdo, ¿Qué trajes puede confeccionar en un par de días?
El señor salió y volvió con un voluminoso libro en el cual comenzó a mostrar a su tía y a su madre, mientras Logan seguía observando la escena sin saber que hacer o decir, hasta que la voz de su tía le sacó de sus pensamientos.
-¡Este! Será perfecto.
El dependiente asintió complacido y dijo.
-Buena elección señora, entonces debo tomarle medidas, que se quede en calzoncillos.
Logan no podía creer lo que escuchó, de lo más profundo de su ser brotó un incrédulo.
-¡¿QUÉ?! NI DE COÑA
Su madre mostrando una sonrisa se acercó a él mientras disimuladamente le pellizcaba el trasero decía.
-Venga cariño, no digas tonterías, ahora se un niño bueno y haz lo que se te pide.
El señor canoso intervino también diciendo.
-Tranquilo campeón, no vas a ser el primer niño al que vea en calzoncillos.
Logan escuchaba esto rojo de vergüenza y aguantando el dolor del pellizco de su madre, iba a mostrar sus slips de nubes, soles y aviones y a nadie parecía importarle, iba a reclamar de nuevo cuando su madre ya le estaba quitando la chaqueta del traje. En su cabeza hubo algo que colapsó, ya no sentía como su madre le Desnuda a de cintura para arriba ni el tirón de sus pantalones exponiendo su slip y calcetines a juego, ni los comentarios de su tía acerca de lo adorable que estaba vestido con su ropa interior a juego y ni siquiera como el señor canoso le tomaba medidas con su cinta métrica. Logan había desaparecido, en aquella instancia sólo quedaban tres adultos y un cuerpo sin voluntad que hacia todo lo que se le pedía, entonces de repente comenzó a escuchar la voz de su madre llamándole, mientras le decía.
-Logan cielito, vamos, es el momento de vestirse.
Como caído de una nube de repente el chico se vio a sí mismo de pie sobre un pequeño taburete vestido solo con sus calcetines y calzoncillos mientras su tía le sacaba fotos con su teléfono, este se tapó con la cara roja como un tómate mientras su madre le subía los pantalones, le ponía su camiseta y le ajustaba las zapatillas, dándole la mano le ayudó a bajar, y sin soltársela salieron de la tienda, finalmente su madre dijo.
-Muy bien Logan mi cielo, como has sido un niño muy bueno vamos a ir a tomar un helado ¿Quieres?
La cara del castaño se iluminó, por fin podría sentarse, descansar y dejar de ver tiendas, aquello era más tedioso que tener que ir al colegio, de una manera más infantil de lo que le hubiese gustado soltó un rotundo.
-¡SÍ!
Su madre y su tía rieron un poco ante este comportamiento, cogiendo de nuevo la mano del chico se marcharon a un centro comercial cercano. Una vez sentados comieron su helado y cuando se marchaban su tía dijo que se quedaría atrás para hacer algunos mandados más, pero que ellos dos podían marcharse. Daniela no se preocupó, cogió de nuevo la mano de su hijo y se marchó, el castaño cabizbajo solo deseaba terminar con aquella tortura. Llegaron a casa, allí comenzaron a hacer los quehaceres, más tarde llegó Cayetana, y después Spencer y finalmente su padre. Cenaron, Logan y Spencer se vieron obligados a utilizar de nuevo la servilleta de babero, y cuando fueron las 20:30 mandaron a los niños a prepararse para la cama, Logan sabía que esa noche le volvería a tocar compartir cama con su empalagoso hermano, pero decidió no verlo como algo tan malo, pues el día había sido terrible. El castaño fue a su dormitorio donde cogió un pijama verde con dinosaurios de colores y se desnudó, rápidamente se quitó los calcetines a juego, pues no quería recordarse más al modelo del paquete de slips. Cuando estaba a punto de ponerse el pijama entró en su cuarto su hermano en calzoncillos, preguntándole que pijama se iba a poner, no dio tiempo a la respuesta del mayor cuando vio el que tenía en las manos y salió corriendo, Logan suspiró cansado y se puso su pijama.  se dirigió al cuarto de Spencer a la espera de que llegase alguien que le subiese la cremallera. Entró y se encontró al rubio vestido como el, cansado se tiró sobre la cama, en ese momento entró su madre, el menor, como movido por un resorte se dio la vuelta sin decir nada, a la  espera de que le cerrasen su cremallera, sin embargo su madre le cogió de la mano y lo sentó en la cama junto a ella y junto al mayor, mientras con una voz tranquila decía.
-A ver cielitos, hoy... como ha habido un accidente esta mañana... hoy... nos vamos a proteger... como no sabemos quién ha tenido este pequeño accidente, es necesario... que os protejáis ambos... em... ¡LUKE!
Llamó la madre, de inmediato entró el padre de los chicos llevando consigo un paquete rectangular, los chicos estaban estupefactos, solo observaban como su padre abría el paquete y extraía un par de artículos mientras les decía.
-Muy bien gatitos, hoy vais a poneros estos calzoncillos para acostaros, se adaptan a la talla de los dos, así que no os preocupéis ¿De acuerdo?
Diciendo esto depositó un calzoncillo doblado en el regazo de Spencer y otro en el de Logan, entonces ambos chicos vieron que eran pañales calzoncillo y empezaron a replicar, pero rápidamente se calmaron una vez vieron la expresión de sus padres, se hizo el silencio brevemente y entonces de nuevo Spencer intervino.
-Pero yo no soy un bebé, no necesito pañales...
El mayor cortó el discurso del pequeño diciendo.
-Yo tengo catorce años ¿Cómo podéis pretender que me ponga esto?
Decía muy airado, entonces su padre y su madre se plantaron frente a los dos chicos que seguían sentados y con voz muy dulce y tranquilizadora su madre comenzó a hablar.
-A ver, no sabemos cual de los dos mojó anoche la cama, por lo que esta noche los llevareis ambos por protección.
Spencer agachó la cabeza y aceptándolo dócilmente, puso rumbo al baño para cambiarse. El castaño por el contrario montó en cólera.
-¿CÓMO QUE POR PROTECCIÓN? ¿CREÉIS QUE SOY UN BEBÉ MEÓN?
Sus padres simplemente al ver su reacción suspiraron hasta que su madre simplemente dijo.
-Las pataletas no te van a servir de nada jovencito, te vas a poner esta protección o te la pondremos nosotros.
Logan no sabia que hacer, que decir o que pensar, por un lado estaba condenado a llevar aquel pañal aunque no quería ponérselo de ninguna manera y por el otro si se negaba a ponérselo sus padres lo harían por el, cosa que veía muy probable teniendo en cuenta como se habían comportado últimamente, entre sus pensamientos su padre le agarró el pijama y tiró de él hacia abajo, exponiendo a su hijo en sus infantiles calzoncillos, le colocó el pañal calzoncillo en las manos y le dio un empujón mientras le decía.
-Último aviso pitufín.
El chico reaccionó y finalmente con la cabeza gacha se dirigió hacia el baño, mientras caminaba, observaba su "protección", con su edad Logan pensaba que ya estaba más cerca de usar un condón algún día para protegerse en lugar de un pañal, sin embargo ahí estaba, desfilando en calzoncillos por el pasillo, un acto que se había vuelto extrañamente frecuente en los últimos días, en dirección al baño a ponerse un pañal por si mojaba la cama. En el trayecto se cruzó con Spencer, ambos chicos bajaron la cabeza evitando la mirada, sin embargo el mayor pudo ver como el trasero del pijama de su hermano se arrugaba, lo cual no le gustó nada, finalmente entró al baño, ahí miro el pañal con asco, no quiso pensarlo más, se quitó el calzoncillo, extendió su protección, metió un pie, después el otro y tiró hacia arriba, ajustándolo con un contoneo. Inmediatamente pudo notar el relleno y la incomodidad de este le provocaba, aunque debía reconocer que era bastante suave, más que cualquier calzoncillo que hubiera llevado nunca, aunque lo odiaba le gustaba aquella suavidad, se quedó durante un rato inmóvil, asimilando las sensaciones que su nueva protección le proporcionaban, tras un largo rato sonó la puerta, su padre hablaba desde el otro lado.
-Logan, gatito ¡vamos! ¿Necesitas ayuda?
No hubo respuesta, Logan estaba como anestesiado, comenzó a volver en sí cuando sintió como su padre lo levantaba y lo aplastaba contra su pecho, dejando la cabeza del castaño en su hombro, de pronto se dio cuenta de su situación, estaba siendo llevado en los brazos de su padre, vestido solo con su "pañal" por lo que comenzó a protestar.
-Papi, déjame en el suelo, puedo andar yo solo, además donde está mi pijama, ¿Por qué no me lo has traído?
-Ay mi tontín, vamos a la camita que hay que descansar.
Decía su padre ignorando a su hijo y mientras le daba un beso en la mejilla y lo seguía llevando en brazos. El chico siguió replicando e intentando zafarse  en vano del agarre de su padre, el cual solo se reía, cuando llegaron al cuarto del hermano menor, Luke bajó a Logan y sin que este dejase de quejarse comenzó a ponerle el pijama, Spercer reía levemente sentado en la cama, finalmente ambos chicos acabaron con sus pijamas y en la cama, mientras sus padres les arropaban y les ponían sus tacitas con agua en la mesita de noche, los niños estaban rojos de vergüenza, pues como si la situación no fuera suficientemente humillante cada vez que se movian podían escuchar un leve sonido plástico que venía de debajo de las mantas. Finalmente ambos niños se quedaron solos en la habitación metidos en la cama, ninguno se movía, hasta que el menor rompió el silencio.
-Logan... estabas muy gracioso solo con el calzoncillo protector y papi poniéndote el pijama
Un golpe cayó sobre el menor que hizo un puchero mientras decía.
-¡AY! me has hecho pupita... 
-Que te calles y te duermas meón, que por tu culpa estoy usando esta mierda
-No sabemos si he sido yo...

Logan amenazó a su hermano levantando el puño una vez más, sin embargo se detuvo, se giró y se acostó dándole la espalda al menor y disponiéndose a dormir. El menor simplemente se sorprendió, sonrió un poco y poco a poco se acercó al mayor y se acurrucó junto a el, cerró los ojos y se durmió.