Logan comenzó a abrir sus ojos, aún parecía temprano, rodó en su cama sintiendo el plástico abultado rozando contra sus muslos. Aquellos pañales no eran como los pañales calzoncillo que había llevado con anterioridad, con los cuales nada más despertar sabía claramente si se había mojado. Con los pañales de verdad que ahora le hacían llevar, no llegaba a distinguirlo bien, debía prestar mucha atención. El chico directamente imitando a su madre cada mañana, introdujo un dedo en el frente de su pañal para sentir la evidente humedad. Estaba tan mojado e hinchado que no se explicaba cómo era posible que le costase darse cuenta. Entonces comenzó a sentirse mal, un dolor en la boca de su estómago. Los remordimientos, la vergüenza y la humillación sufridas el día anterior le estaban causando una inquietud y malestar que casi no le estaban dejando vivir. Rápidamente las lagrimas se formaron en sus ojos, el chico se tapó con las sábanas y comenzó a chuparse el pulgar sintiéndose cada vez peor, poco a poco sus ojos se fueron cerrando y calló dormido de nuevo.
Los rayos del día entraron por la ventana despertando al castaño que dormía plácidamente aún con el pulgar en su boca. Daniela entró en el dormitorio y destapó a su hijo que se estremeció un poco. Esta no pudo evitar enternecerse al ver a su hijo chupando su pulgar y con un pañal evidentemente muy mojado, tomó una foto del chico y por inercia comprobó el estado del pañal. Logan que había despertado tras la invasión de su pañal se sonrojó cuando escuchó.
-Vaya querubín, estás totalmente mojado... menos mal que te cambiamos a este tipo de protección. Tus anteriores pañales calzoncillo no hubieran aguantado tanto pipí.
Logan se sonrojó y sintió que estaba muy húmedo. se había vuelto a mojar durante la noche. Su problema no parecía mejorar, cosa que solo empeoró el estado anímico del catorceañero. Daniela indicó a su hijo que se levantase. Antes de que el chico pudiera percatarse las cintas fueron despegadas y el pañal calló al suelo haciendo un fuerte ruido sordo. El chico, tuvo el autorreflejo de taparse con sus manos, pero antes de poder protestar, con un azote cariñoso fue enviado a tomar su baño de la mañana. Corrió desnudo por el pasillo, cada vez era más frecuente aquella carrera matutina y en el transcurso, pudo cruzarse con Spencer vestido con su pijama y dirigiéndose a tomar la ducha que ahora le correspondía. Entró al baño y allí se encontró ya la bañera llena de agua caliente, lista para él. Cuando comenzaba a entrar en la bañera, la puerta se abrió, entrando su padre vestido con un pantalón negro, una camisa blanca con los tres botones superiores desabrochados y con una toalla al hombro.
-Que bien, ya estás preparandote, vamos a bañarte hombrecito.
Logan se sonrojó, y quiso protestar, pero nada pudo contra el firme agarre de su padre que lo levantaba y lo metía en la bañera como si tuviera 4 años. El castaño mientas esto pasaba, sintió el dolor en su culo. Un recordatorio que le sirvió para sentarse en la bañera y dejar a papi hacer a su antojo, frotandole y lavandole cada centímetro de su cuerpo como si realmente tuviera los cinco años a los que le habían rebajado. Lucke notó la seriedad de su hijo.
-Awww no pongas esa cara gatito, mojar la cama les pasa a muchos niños de tu edad, papi te va a dejar bien limpio sin ese feo olor a pipí. Además, mira lo que te he traído.
Lucke arrojó al agua varios objetos que salpicaron la cara del catorceañeroq que cerró instintivamente los ojos. Cuando los abrió, vio que flotaban en el agua un patito de goma, un barco pirata y un camión que se hundía poco a poco. Lucke intervino.
-Ves, ahora podrás jugar mientras papi hace su trabajo y no pensarás en esas feas camas húmedas o accidentes nocturnos. Ahora, levanta los brazos, tengo que lavarte bien
Logan estaba rojo como un tomate. Su día no había hecho más que comenzar y ya estaba totalmente avergonzado hasta el nivel que quería que se lo tragase la tierra. Cuando su padre hubo terminado, introdujo su mano en el agua y sin previo aviso agarró uno de los pies de su hijo. Comenzó a frotarlo enérgicamente mientras decía.
-Ohhh que sucio estas ¿Hace cuanto que no te lavabas entre los dedos de los pies? Deberíamos haberte empezado a bañar nosotros hace tiempo...
Logan quería morirse, cuando su padre terminó iba a continuar, pero fue detenido por el timbre, este salió dando instrucciones a su hijo para que se lavara la cabeza, cosa que el catorceañero comenzó a hacer como hacia de costumbre. Cuando lucke regresó, encontró a su hijo donde lo había dejado, aclarandose la cabeza. El adulto se acercó a su hijo y tomó el control de nuevo, revisando que se hubiera lavado bien. Chasqueó la lengua antes de decir.
- No te has dado detrás de las orejas... Tan grande que dices ser y no sabes bañarte apropiadamente...
El chico una vez más quería morir, si no fuera lo suficientemente malo ser bañado por su padre a los catorce años, este encontraba formas nuevas para hacer más humillante aquel momento. Una vez terminado su baño, su padre lo sacó levantandolo por las axilas, dejándolo en el suelo del baño y secandolo con una toalla grande. Una vez seco, dejó la toalla a un lado y lo llevó desnudo a su cuarto. Donde encima de su cama, en lugar de su uniforme escolar, habia un paquete pequeño con el logotipo de una famosa tienda online. Logan miró a su padre confundido, no hizo falta formular pregunta, pues bien parecía que lucke había leído la mente del catorceañero y con voz alegre respondió.
-Es un regalo para tí gatito
-¿Para mi?
-Claro, abrelo tontin
El chico sin pensar abrió ansiosamente el paquete esperando ver su regalo. Pero grande fue su sorpresa con lo que encontró dentro. Miró a su padre confundido y dijo.
-¿Un cepillo para el pelo? No tengo el pelo tan largo como para necesitarlo
Su padre sonrió dulcemente ante aquella afirmación. Le acarició la cabeza mientras cogía el cepillo, que era de tamaño medio, cabía perfectamente en la mano, el cabezal era totalmente redondo, de madera de pino bastante clara, con cerdas suaves para evitar tirones. Lucke se sentó en la cama con las piernas muy separadas y sentó a su hijo aún desnudo en medio y comenzó a cepillarle el cabello. Mientas le abrazaba y le besaba la mejilla le dijo.
-Tontin, claro que lo necesitas. Mira lo suave que es.
Logan estaba rojo de vergüenza. Con sus manos tapaba su frente, aunque no le importaba que su padre le viera ya a aquellas alturas, se sentía demasiado expuesto. Una vez totalmente peinado. Lucke llevó a su hijo frente a un espejo y le dijo.
- !Mira que guapo! te das cuenta de que sí te puede servir.
- Emmm bueno si....
-todos los días mami o yo te peinaremos para que vayas muy guapo.
Logan enrojeció, y bajó la mirada, tímidamente preguntó.
-¿Donde está mi uniforme?
-Mami lo traerá, pero antes que nada, gatito, hay que hablar de un detalle
-¿Qué ?
Preguntó el catorceañero de manera cansada y un tanto intranquilo. Papi se acercó a la cama y sacó del cajón de los calzoncillos de su hijo su nuevo y reglamentario slip blanco que debía llevar al colegio, lo abrió y le indicó al chico que metiese sus piernas. Este aún con vergüenza lo hizo pues solo quería dejar de estar desnudo. su padre comenzó a subirlo. Pero cuando había recorrido más de la mitad de la pierna e iba a medio muslo, se detuvo, soltó el slip y miró a su hijo. Este lo miró confundido y antes de que pudiera hablar. El rubio tomó la palabra.
-Algo olvidamos ¿No hombrecito?
Logan miró confundido, pero su padre siguió hablando.
-Alguien no se portó demasiado bien... Hay que recordarle ser un buen niño...
Dicho aquello Lucke lanzó a su hijo sobre su regazo y con el cepillo de pelo en la mano comenzó a azotar al ya coloreado trasero de su hijo durante la noche anterior. Los azotes caían con ritmo y sin pausa, Logan acabó llorando como un bebé completo en cuestión de segundos. Mientras lucke acababa su trabajo y abrazaba a su pequeño como un niño travieso al que corregia por puro amor y deseo de ayudarle a ser mejor.
-Esta será nuestra nueva rutina diaria al despertar ¿De acuerdo gatito?
-¿Qué? ¡Pero Papi!
-Ni papá ni pipí. Te portaste muy mal Logan y papi tiene que castigarte para que puedas ser bueno en el futuro. Un niño tranquilo y calmado, en lugar de un pequeño inquieto y busca problemas.
Logan calló. Pues sabía que no había nada que pudiera decir para que aquella situación mejorase. Papi le dio un abrazo final, le subió los calzoncillos y lo vistió con su uniforme. Bajó, desayunó y se marchó al colegio. Fue extraño no contar a ninguno de sus amigos. Pero nadie se metió con el. Pues a pesar de su humillación pública todos sabían que para haber pasado por aquello, algo muy malo debían haber hecho.
La semana pasó y los compañeros de Logan volvieron. Irónicamente, aquel castigo que habían sufrido los chicos ayudaron a mantenerlos bajo control y sin meterse en líos. Sin contar además los continuos azotes en casa, los pañales nada más volver del colegio, los baños, las horas de acostarse temprano. Todo aquello pareció surtir efecto en Logan de manera impresionante. Pues se comportaba como todo un niño modélico. Tanto fue el cambio que sus estrictas normas comenzaron a ablandarse. Comenzó el poder mantener sus slips en casa al llegar del Colegio y durante los fines de semana, podía usar de nuevo el baño sin pedir permiso, seguido, ampliar su hora de acostarse, aunque no era superior a la de Spencer, ambos hermanos seguían yendo a dormir a la misma hora. Incluso se le permitió volver a ver a sus amigos y salir por ahí con ellos. El castaño respondió de manera correcta y madura a todas las muestras de confianza que sus padres estuvieron dando. Los baños diarios poco a poco se fueron reduciendo. Un día a la semana se le permitía bañarse solo, despues se sumó otro día, luego pasó a un día ser bañado otro día bañarse solo, hasta que finalmente quedó toda la semana pudiendo bañarse solo, solo con la Supervisión de papi o mami y su ayuda para lavarse el pelo y la espalda y solo el domingo un buen baño a fondo dado por cualquiera de sus padres, eventualmente Spencer acompañaba a su hermano mayor en la bañera. Incluso mejoró su problema de humectación nocturna, reduciéndose solo a una o dos veces por semana, aunque todas las noches debía llevar pañales como precaución y su culo seguía siendo azotado por la mañana y la noche.
Así mientras esto sucedía, las páginas del calendario caían como si fueran hojas de un árbol en otoño. De tal modo que llegó la semana final de colegio. Para aquel entonces Logan había conseguido que sus padres le dejaran salir con sus amigos incluso recibir visitas en casa. En aquel fin de semana en el que terminaba el colegio los chicos habían hablado de hacer una fiesta de pijamas y casualmente tocó en la casa de Logan. El chico hasta cierto punto lo prefería, con su problema y protección necesitaba estar en algún lugar donde controlase la situación y se había encargado de que Spencer ese día no estuviese, le había organizado una fiesta de pijamas con otros niños amigos del colegio.
El colegio terminó y los chicos bajaron todos en la casa de Logan, cuando entraron, olía a galletas recién hechas, entraron en la cocina y encontraron a Daniela horneando las galletas preferidas de su hijo. Esta cuando los vio dijo.
-Hola chicos, he preparado una pequeña merienda, me dijeron que vendríais hoy. Subid a lavaros las manos y dejar las mochilas en el cuarto de Logan y bajais a tomaros esto. Hay refrescos y batidos.
Todos agradecieron el gesto y obedecieron, en ese momento Logan se congeló. Verían las sabanas infantiles de su cuarto y sus peluches, no podía parar, no sabía que hacer, daba un paso tras otro, entonces la puerta de abrió.
Cuando entraron el cuarto del catorceañero seguía teniendo ese aire infantil, pero su cama tenía sabanas normales, los peluches, los juguetes infantiles y la alfombra de circuito de coches habían desaparecido. El chico miraba atónito su cuarto, que parecía más maduro que en muchos meses. Sin embargo, esto no pareció suficiente para Tristán.
-¡Eh Logo! ¿Que carajos le ha pasado a tu habitación? Parece la de un niño de 10 años...
-Pues... Esto... Eh.... Cla... Claro... Porque ahora es la habitación de mi hermano, solo que como es más grande vamos a dormir aquí, mis padres nos han cambiado porque en su habitación hay una humedad que le da alergia sí, eso es.
-Ah... Pues valiente mierda
Respondió Daniel.
-Bueno, tampoco está mal, así tienes menos para limpiar
Intentó minimizar Jean Pierre
-A ti seguro que te encanta, claro, seguro que tu habitación también es así
Se burló Tristán.
-Has estado en mi habitación mil veces imbécil y no es así, lo sabes...
Se quejó el rubio. Finalmente fijaron las cosas, se lavaron las manos y bajaron a comer, pasaron todo el dia jugando videojuegos y jugando al Badminton y al fútbol en el jardín. Al llegar la noche los chicos cenaron y subieron al cuarto. Los chicos se desnudaron y se iban a poner el pijama cuando sin previó aviso entró sin llamar Daniel llevando unas toallas en las manos.
-Chicos, es hora del baño
La mujer quedó un segundo en shock cuando vio a los cuatro chicos en slips.
-Huy, disculpad, por cierto. Vuestras mamis me han pedido una foto vuestra para saber que estáis aquí. Venga Posad
Los chicos titubearon, pero Daniela tenia una sonrisa siniestra que no era para ignorar y que indicaba que no debían desobedecer. Los chicos posaron y el flash se disparó. Y envió la foto al grupo de papis y mamis.
-Bueno al baño, no hay excusa. ¿Teneis calzoncillos limpios?
-Eh... Si.... Lo... Los de repuesto de educación física
Respondió unicamente Tristán.
-Bueno, el resron que no tengáis, Daniel seguro que unos de Logan te Irán y Jean... Puede que algunos de Spencer. Venga sin excusas.
Los chicos fueron entrando en la ducha y otros en la bañera. Daniela llevó un slip rojo con gomas blancas para Daniel y otro azul celeste con Cabezas de ositos para Jean Pierre. Una vez que Daniela vio que su hijo entraba en el baño, entró con el y le tendió el slip amarillo con coches de colores por todas partes. La reacción contrarias por parte del otro no se hizo esperar. Sin embargo Daniela prometió que si llevaba aquellos calzoncillos durante la noche, a la hora de acostarse podría llevar pañales calzoncillos de nuevo en lugar de los boluminosos pañales que llevaba habitualmente. Logan pareció relucir de alegría, abrazó a su madre lleno de agradecimiento y rápidamente se bañó, salió y se puso sus calzoncillos, subiendolos y ajustandolos como era costumbre ya con un cierto contento. Logan se detuvo un segundo y reflexionó acerca de algo que llevaba percatándose todos aquellos meses, pues ciertamente los slips le empezaban a parecer cada vez más... cómodos... y más naturales de llevar.... sentía como se amoldaban a su cuerpo y le brindaban una sensación de suavidad y confort. Los boxers le parecían ahora demasiado sueltos, asperos y le causaban intraquilidad e inseguridad debido a que ya no le resultaba que sujetasen nada, pues sin que nadie lo supiese, un día se había colado en el cuarto de sus padres y había cogido los boxers más pequeños que había encontrado en el cajón de los calzoncillos de su padre y se los había puesto, le quedaban solo un poco más grandes que sus boxers antiguos, pero para su horror, los sintió incómodos y que tenían demasiada tela por sus piernas. Los slips ahora le parecía que eran perfectos, le daban la sensación de sujeción y ocupaban es espacio justo para no sentir que llevaba otros pantalones debajo de los pantalones. Le parecía que eran los calzoncillos que realmente debía llevar, aunque en un principio los despreciase y aún todavía no le gustasen los diseños de dibujitos. Pero aquello era algo que jamás compartiría con nadie y seguiría defendiendo su lucha para volver a los boxers aunque no era lo que ya deseaba.
Finalmente, salió del baño y se dirigió a su cuarto donde le esperaban sus amigos.
Una vez entró, encontró a todos vestidos únicamente en slips y con Tristán sobre Jean Pierre el cual se encontraba tirando en el suelo con expresión frustrada y el moreno le repetia constantemente
-¿Quien es el bebé? ¿Quien es el bebé?
-Logan.....
Respondió Daniel mientras reía al ver los calzoncillos de su amigo que acababa de atravesar la puerta. Tristán calló al suelo liberando a Jean Pierre que se levantó muy airado y reteniendo una risa al ver al castaño, pues aquella imagen no era algo que se viera todos los días.
-¿Logo, qué coño llevas puesto?
Se rió Tristan.
-E... es... es solo una mierda vieja, me han obligado...
Respondió Logan de manera esquiva, sin embargo, Daniel estaba hurgando en el cajón de los calzncillos del castaño y decia a carcajadas.
-No diría que te hayan obligado, todo es igual...
Logan estaba a punto de colapsar, no sabía qué hacer, no sabía donde meterse ni que responder. Sin embargo, al rescate apareció Daniela por detrás de su hijo con una chancla en mano y con expresión enfadada.
-Bueno bueno... veo que hay algunas discrepancias aquí... menos mal que vais a portaros bien, ¿Verdad?
Todos los chicos se detuvieron y asintieron rápidamente mientras se levantaban y se marchaban a por sus camisetas para dormir.
-Chiscos, como vais a estar tan bien portados... vamos a rehacer la foto de antes...
-¿QUEEEE?
Todos se exaltaron, pues no querían posar en slips de nuevo y menos con aquellos slips aunque Tristán un poco divertido dijo.
-Vamos maricas, no es para tanto
-Claro eso es fácil de decir para ti que llevas un calzoncillo similar a la anterior foto
Dijo airado Jean Pierre, sin embargo, un tono de exasperación de la mujer les persuadió de que debían obedecer rápido. Por lo que posaron de igual manera y al foto fue repetida. Tras aquello Daniela les dio pijamas de Logan a todos los niños, estos no estuvieron demasiado conformes, pero no quisieron exponerse a la ira de la mujer y que podría derivar en la ira de sus respectivos padres. Una vez los chicos estuvieron vestidos con sus pijamas de patitos, gatitos, pelotas de beisbol y otros patrones infantiles con cremalleras en la espalda. Tras esto, Fueron enviados abajo a cenar, pues Daniela había encargado pizza.
Todos comieron y finalmente fueron al salón, Daniela entró y la escena que encontró era encantadora, los cuatro niños vestidos infantilmente viendo la tele, en ese momento llamó a Logan a la cocina, entonces le tendió el pañal calzoncillo y lo llevó al baño donde le bajó la cremallera y se la subió una vez estuvo listo. La noche transcurrió normal sin que nadie se enterase del pequeño secretito de Logan. A la mañana siguiente el catorceañero se dirigió rápidamente al dormitorio de su madre, la cual le ayudó a desnudarse y ver que estaba un poco mojado aunque no mucho. Una vez vestidos todos, se despidieron. Logan fue elogiado por sus padres por su buen comportamiento.
Los días pasaron hasta llegar el día que debían marcharse al internado, Logan se levantó con un pañal seco como últimamente solía pasarle. Fue bañado por última vez en mucho tiempo y vestido con un slip amarillo básico, un vaquero y una camiseta de manga corta. Lo llevaron a la parada donde el autobús los recogería. Se despidieron con lágrimas en los ojos, especialmente Spencer, Los padres de Tristán lo llenaban de besos mientras Jean Pierre era aplastado en un super abrazo y Daniel llegaba tarde como solía suceder. Finalmente los chicos subieron al autobús y se marcharon. Entonces fue cuando Daniel que casi se quedaba en tierra dijo.
-Logo, tu plan ha sido una puta mierda pinchada en un palo... ser chicos modelicos no nos ha servido para librarnos de esta puta mierda...
Tristán y Jean Pierre asintieron al unísono, sin embargo, el castaño no parecía desanimado, con una sonrisa maligna dijo.
-No os preocupéis chicos... Tengo un plan B...
El resto del viaje transcurrió tranquilo y casi en silencio, una vez llegaron allí, el edificio era similar a un castillo, con un gran patio delantero. Allí los recibieron unos frailes que los guiaron a una gran sala en la que en el dintel se leía "Auditorio", los chicos entraron en él, allí se sentaron en los sillones. Una vez estuvieron colocados el telón se abrió, un gran crucifijo se levantaba en mitad del escenario y seis frailes se sentaban a los lados, posicionados en grupos de tres. Uno de ellos se levantó y se acercó al atril donde se encontraba el micrófono. El atril era de madera marrón sobrio, con forma de cruz. El hombre que se acercó tenía la cara redonda con barba, tenía poco pelo, una nariz chata y ojos azules. Este comenzó a hablar, su voz era ronca y potente.
-Bienvenidos mis queridos chicos, soy el padre Tomás. Estáis aquí para aprender espiritualidad y guiar vuestros corazones y vuestras almas más cerca de Diós. Espero que os comportéis como los novicios de Franciscanos que sois. Se espera de vosotros, respeto, obediencia y castidad. Vuestro equipaje quedará requisado y se os devolverá cuando os marchéis. Las rutinas serán: Levantarse a las 6:00 de la mañana para una sesión de hora y media de rezo. Seguido de un austero desayuno de pan y agua. Después, como vuestra educación no puede quedar de lado, estaréis en clase hasta las 12:00 que pararéis para rezar el ángelus, seguiréis hasta las 14:30 cuando comeréis y tendréis un rato de esparcimiento hasta las 18:30 que tendremos otra sesión de rezo hasta las 20:30, a esa hora cenaremos, tendremos un rato de esparcimiento de nuevo y a las 21:30 será hora de ducharse, y prepararse para dormir. Todos debéis estar en la cama y con las luces apagadas a las 22:00. Los fines de semana se dedicarán al estudio o a lo que cada cual considere, sin embargo, es obligatorio acudir a las sesiones de rezo y a la misa del domingo. Nuestros hermanos, El padre Francisco, Paulino, Domingo, Rosendo y Jesús están a vuestra disposición si tenéis cualquier duda, los demás hermanos os ayudarán en las tareas menores. Ahora. os guiarán a vuestros dormitorios donde cambiaréis vuestras ropas a las que llevaréis habitualmente, que evidentemente es el hábito de los Franciscanos. Muchas gracias por vuestra atención y bienvenidos al San Sulpicio.
El padre Paulino llamó a los chicos y los guió hasta una gran sala donde había camas con hábitos marrones perfectamente doblados, unas sandalias de peregrino en el suelo y un cuadrado blanco al lado, cuando los chicos lo desplegaron se dieron cuenta de que era un slip. Hubo algunas protestas, pero no fueron escuchadas y se les apremió para que se cambiaran. Todos comenzaron a desnudarse, a pesar de que estaban los curas presentes, ni a Logan ni a cualquiera de los otros chicos les importaba y continuaron desvistiéndose, pues estaban acostumbrados a mostrarse desnudos unos delante de otros, y frente a su profesor de gimnasia, todo marchaba relativamente bien hasta que el padre Paulino vio que uno de los chicos se quitaba el calzoncillo para cambiárselos por el nuevo que le habían dado, de manera que quedaba totalmente desnudo.
– Alto chicos, nadie debe quitarse los calzoncillos delante de nadie, la desnudez es impía y ya no sois niños, solo debéis estar desnudos en soledad y ante Dios.
Logan vio que algunos de los chicos usaban slips como él, esto le alivió un poco, aunque se sentía avergonzado, no porque le viesen en aquellas circunstancias, si no de que viesen que usaba slips fuera del horario escolar. Una vez estuvieron todos vestidos como mini frayles, les hicieron un tour por todo el lugar y se les indicó que la hora del rezo se indicaría con las campanas. Tras aquello quedaron solos. Logan y sus amigos se reunieron bajo un naranjo cercano que había en el patio en un parterre de piedras de río blanca y negra. Logan con una sonrisa malvada dijo.
-Chicos... a los curiquis estos se les ha flipado el coño.... estos hoy se deben enterar de quienes somos... sus votos... sus rutinas... se van a cagar... vamos a demostrarles que este internado... puede ser una fiesta...
Los chicos asintieron medianamente conformes, entre los cuatro urdieron un plan y una vez les quedó claro, se separaron y fueron reclutando a otros chicos para que les ayudaran, pues con un gran caos, los hermanos no sabrían de donde venía ni quien lo había ocasionado.
Todo comenzó a la hora del rezo, los rezos eran continuamente interrumpidos por pedos, risitas, eructos y ruidos molestos que hicieron de la hora y media de oración algo imposible. Seguido de la hora de la comida, alguien se había colado en las cocinas y había echado un bote de pimienta en la olla que iban a servir a los curas, que rabiaban de picor y bebían agua sin control ante la risa de los novicios y la impotencia de fray Tomás al cual no le salía la voz para mandar callar. Finalmente a la hora de la ducha, todos se comenzaron a desnudar y una vez que todos estuvieron en calzoncillos, los hermanos les indicaron que fuesen pasando a las duchas de cristal individuales, todo parecía ir bien, los chicos se desnudaron dentro de la ducha y comenzaron a enjabonarse, cuando los hermanos pensaban que todo había acabado de repente empezó a sonar una canción sacrílega por la megafonia, Uno de los dos que custodiaban a los jóvenes se marchó a ver qué sudedía. De repente las puertas de cristal se abrieron y todos comenzaron a correr desnudos alrededor, algunos se abrazaban ante la atormentada vista del pobre hermano que intentaba poner orden, otros se habían metido juntos en la ducha y apoyaban sus culos contra el cristal, finalmente, todos corrieron desnudos hasta el dormitorio donde se encerraron bloqueando la puerta y pusieron música muy enérgica comenzando a armar la fiesta del siglo, ante los Golpes de los curas. Todos los adolescentes en Slips estaban disfrutando de la anarquía que vivían y poco a poco la música se fue calmando y fueron durmiendo. Los golpes en la puerta cesaron alrededor de las 2:00 de la mañana. Todos se sentían victoriosos, sabiendo que si esto había sido el primer día, este internado sí que seria una fiesta.