Todos los chicos dormían a pierna suelta, vestidos únicamente con los slips blancos que se les habían proporcionado, entre todos ellos, un chico castaño, se encontraba durmiendo plácidamente sobre su cama con una gran mancha de pis mojando su ropa interior y todo su colchón. Poco a poco, este fue abriendo los ojos, y para su horror, pudo comprobar su estado. Horrorizado de la situación, aguantó un grito tapando su boca con ambas manos mientras pensaba.
-Vamos Logan, algo debemos hacer...
Este miró a su alrededor, y pudo comprobar que sus amigos y los otros chicos aún dormían. Como un rayo, una idea apareció en su mente, silencioso como un felino en la noche, se levantó de la cama y buscó a un chico que tuviera una complexión similar a la suya. Encontró a un chico moreno durmiendo profundamente, pudo notar como la parte trasera de sus calzoncillos se habían bajado ya un poco, pues parecía que el chico era bastante inquieto durmiendo. Logan comenzó a tirar con cuidado sacándolos poco a poco, dejando al otro chico desnudo en el frente también, este de vez en cuando se movía y se daba la vuelta, y sin contar que el moreno tenía un sueño verdaderamente profundo, cosa que también facilitaba el trabajo del catorceañero. En una ocasión que pareció despertarse, solo fue para decir.
-No mami, yo puedo vestirme solo, ya sabes que no necesito ayuda
Logan reprimió otra carcajada ante aquel comentario, no podía ser verdad que su madre lo vistiera y desvistiera de manera regular. Pero entonces recordó lo que había sido su vida en los últimos meses y el estado actual de su slip, lo que estaba haciendo justo en aquel momento y sintió verdadera vergüenza. terminó sacando los pies de aquel chaval. Entonces rápidamente bajó su calzoncillo y lo tiró a los pies de la cama del moreno al que pensaba inculpar de su acto. Metió las piernas por los agujeros del Slip y lo subió rápidamente, sintió que aún mantenían la sensación de haber sido usados previamente y esto le ruborizó y avergonzó. Pero no quería quedar como el meón del internado. Buscó a Jean Pierre que dormía acurrucadito en su cama, en la cual le sobraba más de la mitad del colchón. Se tumbó junto a el y cerró los ojos rezando para que no volviera a suceder.
Desde el otro lado el sonido de la sierra eléctrica resonaba desde la otra parte de la puerta donde un muy enfadado Fray Tomás esperaba impaciente a poder reprender a aquellos chicos que habían adoptado un comportamiento tan inadecuado, cuando ellos los trataron como adultos y jóvenes novicios. Al cabo de 10 minutos la puerta se abrió y entraron todos los hermanos levantando, zarandeando y despertando a los chicos aún en sus camas, estos abrian los ojos perezosamente mientras Fray Tomás gritaba sobre su comportamiento inaceptable, entonces se fijó en un chico que dormía desnudo.
-Maldito cerdo impío....
Se acercó hacia el y con el cinturón que ceñía su hábito, comenzó a azotarle. Los gritos del chico terminaron de despertar a los pocos adolescentes que aún dormían. No duró mucho aquel castigo, puesto que rápidamente vio los slips mojados a los pies de la cama.
-Maldito cerdo impío y meón...
Recogió los calzoncillos mojados y se los coloco en la cabeza, el pobre chico gritaba y juraba que el no se había mojado. Otro hermano encontró la cama mojada. Recogieron la sábana y la liaron al rededor del cuerpo del chico tapando su desnudez. Finalmente entre todos, como si fueran ganado, los hermanos los trasladaron a empujones a todos los chico aún vestidos únicamente en su ropa interior o en su defecto, con su ropa interior en la cabeza y una sábana alrededor del cuerpo. Fueron conducidos al auditorio. Los chicos que el día anterior se habían mostrado altivos desafiantes y rebeldes, se encontraban muertos de vergüenza, vestidos únicamente en slips blancos y frente a un montón de hombres que les reprochaban su comportamiento inmaduro. Fray Tomás se acercó al atril desde el que había hablado el día anterior y dijo.
-Hijos míos... no esperaba esto de vosotros... vuestro comportamiento de la noche pasada fue inadmisible... Los hermanos y yo tratamos de daros un trato adulto como le daríamos a cualquier hermano novicio... pero visto lo visto... está claro que no sois dignos de esa confianza que se os otorgó. Anoche varios hermanos acabaron con un ataque de nervios hasta que finalmente los mandé a sus celdas... No he visto semejante falta de humanidad nunca... He pasado toda la noche en vela y... He podido dictaminar que... No sois los jóvenes de buen corazón que yo pensaba... Pues todos vuestros colegios nos mandaron informes acerca de cada uno de vosotros, pero decidimos ignorarlos... Dios cree en las segundas oportunidades y nosotros quisimos hacerlo también... Sin embargo... demostráis que no necesitáis guías que os ayuden a generar empatía y a ser mejores personas... Necesitáis ser educados como niños en lugar de jóvenes. Nosotros no cuidamos niños... no es nuestro cometido... Nosotros no dedicamos a la oración y a enriquecer el espíritu. Por todo esto... Hemos decidido... Abdandonar el internado...
Hubo una pausa y un gran murmullo que acabó en vítores de alegría, los chavales reían y estaban contentos, pues aquel mensaje significaba que habían ganado y volvían a casa. No obstante, los adolescentes no pensaron que los cuentos de hadas no suelen ser parte de la vida real. Fray Tomás siguió hablando tras ordenar silencio.
-Abandonar el internado no significa que vosotros os marchéis, sino que nosotros nos vamos.
De pronto hubo un murmullo de nuevo sin llegar a comprender qué uva a suceder, nadie podía dejarlos morir de hambre allí solo ¿verdad? Las preguntas fueron acalladas con la continuación y finalización del discurso del Fraile.
-Ayer noche una vez tomamos la decisión y se la comunicamos al Arzobispado, milagrosamente, hubo otra orden que quiso hacerse cargo del internado y de vosotros con él. Sin más dilación. Os presento a las hermanas Carmelitas descalzas del dolor perpetuo.
Al decir aquello, un montón de monjas entraron en escena, sus hábitos eran azules con cocas blancas, ceñidos con unos cinturones también blancos de cuerda. La que parecía la madre superiora se hacercó a Fray Tomás y se dijeron algo que no escucharon los chicos, se dieron la mano y tras aquello, los frailes se levantaron y cedieron sus asientos a las hermanas mientras ellos salían para siempre del auditorio.
La que parecía la madre superiora era una señora mayor con arrugas y gafas, con un rostro amable y dulce. Se acercó al atril y dijo.
-Holi holi jovencitos. Oyyy ¡que guapos sois todos! Me llamo Madre Teresa. Fray Tomás me ha informado de todo lo que pasó ayer. ¡Ayyy! Fuisteis un poco traviesillos. Esas cosas no las hacen los niños Buenos y educados. Pero ahora que no nos escucha nuestro amiguito. La culpa es suya, no se le puede dar la construcción de un castillo al albañil que no sabe levantar un muro ¿Verdad? Bueno, no vamos a tomar represalias, sabemos que los hermanos aunque tenían buen corazón, pero pusieron unas normas que eran un rollo del siglo XII vamos a ver ¡Nuestra rutina será más diver! Por la mañana nos levantaremos a las 8, nos vestiremos con el nuevo uniforme, que es el mismo que el de vuestro cole. Rezaremos una breve oración antes del desayuno, que ya aviso que será con todo tipo de cosas buenas, no como iban a daros antes. Después las clases, de 9 a 16:40 con tres recreos entre medias, después hasta las 18 para hacer los deberes y libre hasta las 21:00 que cenaremos, después a las 21:30 será la hora del baño y finalmente os prepararéis para la camita con vuestro pijamita y demás y a la camita a las 22:30 como tarde tras decir una oración para dormir. ¿Alguna pregunta?
Un chico Rubio de unos 17 años levantó la mano y dijo muy airado.
-Si, ¿De qué coño va usted? ¿Se piensa que esto es el país de la piruleta?
-Jovencito, no me gusta para nada ese lenguaje en niños buenos como sé que sois todos... Si no quieres que tu pompis sea castigado olvidarás esas palabras feas y malsonantes. ¿Está claro?
-Si... Lo que Usted diga....
Dijo el chaval Rubio hastiado. Otro chico castaño de unos 16 años levantó el brazo y preguntó.
-Entonces... ¿No vamos a tener castigo por lo de anoche?
-Mi dulce jovencito, yo sé que ya la mayoría estáis arrepentidos, no habrá castigo.
Todo el auditorio comenzó a aplaudir y romper en vítores a la madre Teresa coreando su nombre.
-Sin embargo. Lo que sí os voy a pedir es que toméis un pequeño baño matutino para lavar vuestros pecados y empezar el día con alegría y dando gracias al señor ¿Si? ¡Si estáis de acuerdo gritad amén!
-¡Amén!
Gritaron todos los chicos que salían, cuando fueron detenidos una vez más.
-Oh, olvidé deciros, las duchas han sido clausuradas por los hermanos, hemos habilitado otro lugar para que podáis asearos. Y como hoy ya ireis bañados, no hará tomar el baño de la noche. Asique si sois tan amables de seguir a la hermana Jenevieve, ella os guiará.
La hermana Jenevieve era una mujer mayor bastante gorda y con cara fatigada, andaba de manera cansada, como si le costase extremo trabajo andar. Atravesaron todos los pasillos hasta llegar a un salón gigantescos, l allí había un corral de sillas y en el centro un gran cesto con ruedas. Una vez entraron. La moja que los guiaba le dijo.
-Bien, fuera calzoncillos hombrecitos. Os los quitais y los echáis al cesto para que podamos lavarlos
Los chicos parecían recelosos, no estaban muy dispuestos a desnudarse allí, delante de una desconocida y mucho menos una mujer. Un chico pelirrojo de unos 12-13 años habló tímida e inocentemente.
-Pero señora...
-Hermana, por favor
-Hermana... El padre Paulino nos explicó que la desnudez es impía y que solo debíamos estar desnudos en soledad y ante Dios.
La hermana Jenevieve rió ante aquel comentario de manera estridente antes de devolverle el pelo al pobre chico que la miraba extrañado y muerto de vergüenza.
-Típico de frailes.... No os preocupéis, eso es para cuando seáis mayores, aún sois niños o en algunos casos adolescentes tempranos y no tenéis nada que esconder ante nadie, las que cuidamos de vosotros siempre vemos lo mismo, niños que hacen un drama por su desnudez, pero después no hay para tanto...
-Pero...
El chico no pudo contestar, pues la hermana ya estaba con otra cosa, más concretamente otra persona, el chico al que habían inculpado de mojar la cama, que seguía con los calzoncillos en la cabeza y cubierto con una sabana llena de pis. La hermana escandalizada le arrancó los slips de la cabeza, le abrazó y le dijo.
-Pero a tí hombrecito ¿Qué te ha pasado y quién te ha hecho esto?
El joven explicó su historia ante la mirada atónita de la hermana, esta lo abrazó tranquilizándolo, el chico denotaba incomodidad de aquel abrazo y aquella situación, pues un adolescente siendo abrazado por una extraña mientras estaba envuelto en una sábana mojada de pis no es que fuera su sueño. Pero sin previo aviso la hermana agarró la sábana tirando de ella haciendo el que chico se desliase girando sobre sí mismo como una peonza dejándolo completamente desnudo con un gran rubor en sus mejillas y juntando las piernas y tapándose con ambas manos, mientras la hermana decía.
-Bueno ya estás listo para el baño hombrecito, y los demás, ¡Venga y sin excusas, calzoncillos fuera y a la bañera! ¿O necesitáis que os ayudemos a quitároslos?
La mayoría de chicos enrojecieron, pero algunos agarraron la cintura de sus slips y comenzaron a bajarlos desnudándose y lanzándolos dentro del gran cesto, tras aquellos todos adoptaban la misma posición, piernas juntas y manos en el frente tapándose.
-Muy bien, ya aprenderéis a perder esa absurda vergüenza infantil. ¡Venga el resto, Vamos!
Logan que había estado escuchando todo el tiempo, intervino, pues estas monjas no podían ser peores que los frailes, además parecían débiles, tanta amabilidad. Si en un día había logrado echar a los hermanos, con estas brujas sería mucho más fácil.
-Vamos a ver señora... si quiere ver pollas pague una página de porno o algo, pero no venga con mierdas, no queremos enseñársela a un montón de zorras lascivas...
La expresión de la hermana Jenevieve se volvió más dura, mostraba una clara expresión de enfado, se colocó las manos en las caderas y dijo.
-Jovencito... para empezar, es hermana... no señora.... y si no quieres que me enfade muchísimo ahora mismo te quitarás ese calzoncillo y entrarás a la bañera...
Un chico mayor de unos 17 años, castaño casi rúbio de ojos marrones, piel clara y un cuerpo atlético salió en defensa, hablando muy airado.
-Es cierto... si quiere ver pollas paguenos malditas putas...
La expresión de la hermana era extremadamente enfadada, rápidamente gritó.
-¡Hermana Bárbara! Tenemos un par de angelitos caídos...
De repente la puerta se abrió y entró una mujer enorme, era altísima y corpulenta, no gorda, pero muy imponente.
-¿Quienes son los niños malos?
La hermana Jenevieve señaló a los chicos, esta agarró por la oreja a ambos y se los llevó a un rincón de la habitación. Los dos la siguieron gritando de dolor y sin poder resistirse. Logan fue colocado mirando a la pared con los calzoncillos en las rodillas y los brazos sobre su cabeza. El otro chico fue colocado frente a la hemana, le arrancó los slips y colocado en su regazo, y propinó una gran paliza que en poco tiempo redujo al adolescente a un manojo de gritos y lágrimas. Seguido fue el turno de Logan que trató de resistir, pero con el agarre por la oreja poco podía hacer, en poco su situación fue igual que la de su compañero, y ambos chicos lloraban como niños de cinco años, de cara a la pared con culos muy rojos completamente expuestos. Todos los otros chicos que habían estado observando atónitos, sintieron un escalofrió cuando la hermana Barbara los miró y les dijo.
-¿Hay algún angelito más que quiera ser malo?
Todos los chicos tragaron en seco, negaron con la cabeza e inmediatamente comenzaron a bajar sus slips y quedar desnudos.
Una vez el carro estuvo lleno de calzoncillos blancos, la hermana Jenevieve lo comenzó a empujar saliendo de la sala y quedando la hermana Barbara a cargo de los chicos, la cual los dejó a todos sentados, a la espera, mientras dos de ellos seguían cara a la pared desnudos con el culo rojo al aire y los brazos sobre la cabeza. Una vez pasaron varios minutos, otra hermana del mismo tipo físico que Barbara salió y le hizo a esta una señal para que los chicos fueran pasando. De cinco en cinco, los chicos fueron pasando por un pasillo, pasaban 5 minutos y otros cinco muchachos eran enviados, así sucedió hasta que fue el turno de los castigados, primero mandaron al chico mayor y cinco minutos después enviaron a Logan que coincidió que marchaba con Tristán, ambos chicos se miraron sonrojados, con las manos en su entrepierna desfilando por un pasillo hecho con telas hasta llegar a una abertura en la que se encontraban cinco puertas, allí les estaba esperando una hermana igual de grande que las que habían visto con anterioridad, Logan sonrió y dijo a su amigo.
-Dios, son monjas de la WWE...
Tristan y el soltaron unas carcajadas descontroladas que atrajeron una mirada de indignación por parte de la hermana.
-Soy la hermana Justina y veo que alguien ya ha sido travieso ¿Verdad?
Dijo mirando al trasero rojo de Logan que calló rápidamente y se lo tapó tratando de esconderlo con ambas manos de la mirada de aquella mujer, pero rápidamente se dio cuenta que había dejado desprotegida su parte delantera, por lo que llevó sus manos al frente de nuevo. Esto hizo reír a la hermana Justina que indicó a cada chico que entrasen en cada una de las puertas e indicó al castaño que la siguiera, este entró con ella en una habitación separada por biombos de tela como todo el recinto parecía estar formado por esto, en la instancia había una gran bañera antigua con agua cristalina, y justo enfrente otra puerta por la que el catorceañero suponía que debería salir después de su baño, en la habitación también había estanterías llenas de pelotas de colores perfectamente ordenadas en cajas y un tubo que se colaba hasta la habitación que seguía. a través de las "paredes" podía escuchar las voces de las otras hermanas que hablaban con sus compañeros, pero no pudo escuchar nada, ya que la hermana Justina se dirigió a el.
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-Bueno... Logan ¿Verdad?
Hablaba secamente pero cordial, como un médico le hablaría a un paciente.
-Em... si...
-Estupendo, a ver hombrecito, vamos a comenzar.
La hermana se dio la vuelta y se estaba colocando unos largos guantes plásticos que le llegaban hasta los hombros, el chico se puso muy nervioso al verla hacer esto, trató que no le temblase la voz cuando dijo.
-¿Qué vas a hacer?
La hermana lo miró y no le dio mucha importancia, sin responder a su pregunta le indicó que retirase sus manos para que pudiera examinarlo, Logan se tensó rápidamente y le dijo.
-¡Una polla me vas a examinar zorra!
-Por eso quiero verla, para examinarla... ahora vamos, quita las manos y modera tu lenguaje, tu culo me indica que ya has tenido problemas...
-¡QUE TE FOLLEN!
Sin mediar palabra, fue tirado sobre la bañera, agarrándose al borde para no caer al agua y le propinó unos fuertes azotes que hicieron gritar al castaño, energicamente fue levantado por los sobacos con fuerza y colocado frente a la hermana, que muy enfadada le dijo.
-Ahora te vas a portar bien... o no seré tan amable, señor culo rojo.... Mantente quieto.
Logan al borde de las lágrimas se mantuvo quieto mientras la hermana le rodeaba observándole y manipulándole como si de un muñeco se tratase, le apartó las manos del frente y observó su entrepierna solo para lanzar un bufido exasperado y decir.
-Ves, como de costumbre, nada que esconder....
Le levantó los brazos y le miró los sobacos, los brazos, las piernas, la espalda y el culo, y cuando Logan temía lo peor. Se retiró, apuntó algo en una carpeta y solo dijo.
-Bien, Huevo de dragón y bomba de universo.
Se dirigió a las estanterías y agarró dos pelotas, lanzó una dorada por el tubo otra blanca que depositó en el interior de la bañera, la cual rápidamente se deshizo dejando el agua totalmente blanca y con pequeñas trazas sólidas rojas que asomaban, el olor, era super fresco y almizclado, muy agradable. La hermana colocó un gorro de baño al adolescente que se sentía ridículo, entonces se le indicó que entrase a la bañera, este se dirigió, era un poco alta, pero la mujer le ayudó a entrar. El agua se había vuelto espesa, pero era bastante agradable, la hermana Justina le indicó que se relajase de momento, sin embargo, se acercó demasiado a la cabeza del chico metido en la bañera. Logan se sonrojó, esta fue a acercarse y agarrarlo, pero este se retiró, la hermana le dio un pescozón en la cabeza y le dijo.
-Deja de hacer el estúpido ¿Crees que a mi me gusta tocar a un cerdo adolescente como tú? ¿Por qué creer que llevo guantes? A saber qué clase de higiene tienes...
Logan se sonrojó y la dejó acercarse hasta que sus caras estaban frente a frente, el menor se sentía totalmente expuesto, pero ella lo miraba como analizándolo, entonces metió la mano en la bañera le lanzó agua sobre la boca y las mejillas, Logan no comprendía nada y parecía un poco confuso, hasta que la hermana explicó.
-Estate quieto, tienes una mancha.
Cuando la señora estuvo satisfecha se retiró y dejó al chico reposar, no durante demasiado rato porque a los tres minutos, le ordenó que saliese, este lo hizo y al hacerlo pudo ver como su piel salía totalmente blanca, como si estuviese manchado de pintura, la hermana le dijo que aquello era normal y que se aclararía en la siguiente sala. Este atravesó la segunda puerta y conforme lo hacía, vio lo que le pareció que era el pequeño culo blanco de Jean Pierre saliendo por otra puerta que había al fondo. Aquella instancia era igual que la anterior. Otra hermana le indicó que esperase un segundo, mientras metía la bola dorada que habían mandado anteriormente en el agua y de igual manera se disolvía tiñendo el agua de un color azul con destellos, muy similar al color del universo, en ese momento, los biombos se retiraron y de repente los cinco chicos que habían entrado quedaron de nuevo en una sola habitación con cinco bañeras, cada una esperando a su usuario. Logan pudo ver a Tristán no lejos de el, que estaba pintado de blanco también, otros niños estaban pintados de rojo o de dorado. Pudo ver como igual que el no se cubría ya la delantera y le hizo gracia ver a su compañero, que parecía una estatua griega. Se fijó también en que Tristán tenía más pelo que el y que con aquella pintura, parecía que le quedaba muy rígido, el se miró y vio que el estaba en la mima situación. Las hermanas les dieron paso para que entrasen, todos de manera obediente, entraron en sus respectivas. Conforme el castaño entraba, pudo ver como la pintura se despegaba de su piel, la sensación era como ser una pastilla efervescente, miles de burbujitas subían por su cuerpo, causandole una sensación agradable, casi cosquillas. Cinco minutos pasaron sintiendo aquella sensación divertida en todo el cuerpo y la cara, cuando un timbre sonó y se les indicó que salieran. Los chicos se levantaron. Logan estuvo a punto de caer al intentar salir de la bañera, ya que era un poco alta pero una hermana lo sostuvo y lo ayudó, este cruzó miradas con Tristán, su cuerpo ya estaba de su color de nuevo, pero mucho más brillante y tenía como pequeñas motas de purpurina microscópica, sin embargo, lo que más llamó la atención del castaño, fue la entrepierna de su amigo, pues estaba tan clara y sin pelo como la de Spencer, sin poder reprimir sus carcajadas dijo
-Tris... mírate...
El moreno se miró y rápidamente se avergonzó tapándose de nuevo totalmente desconcertado, sin embargo, respondió.
-A ¿Si? Pues mírate tú
De pronto la risa de Logan se ahogó. Poco a poco miró hacia abajo, y vio una piel resplandeciente como la de su amigo y que todo el pelo de su cuerpo había desaparecido. Los chicos estaban confusos y desorientados, las hermanas reían al ver sus caras.
-Ahora sí que sois angelitos, o más bien, querubines
-Pero mira que cositas... solo había que retirar lo feo para ver a los pequeñines más preciosos
Reían de manera divertida mientras los chicos se tapaban una vez más sin saber donde meterse ni qué hacer, estaban confusos y desconcertados.
-Venga venga, avanzad a la siguiente sala si no queréis que los niños mayores que vienen os vean....
Los chicos se miraron aterrorizados, una hermana abrió la siguiente puerta y todos los chicos entraron corriendo por ella, justo cuando el último pasaba se abrió la puerta trasera entrando otros cinco chicos pintados de diferentes tonos como ya les había sucedido a ellos. La nueva habitación era similar a la anterior aunque un poco más pequeña, con las bañeras posicionadas más cerca unas de otras y al lado de cada una una monja que les sonreía.
-!Awww cada grupo nuevo son más monos que los anteriores!
Fue entonces cuando Logan se dio cuenta, habían sido aquellas mujeres y sus baños los que les habían quitado su pelo, dejándolos pelados como niños de 10 años. En ese momento la ira lo llenó.
-!Chicos estas putas son las que nos han quitado nuestra hombría! ¡Dejandonos como putos niños! ¡No podemos seguir así! ¡REVELÉMONOS!
Tristán reaccionó secundando a su amigo, Los otros chicos igual, pero las hermanas no era la primera vez que se enfrentaban a esto, rápidamente fueron colocados en sus regazos y estuvieron llorando como auténticos niños. Tras aquello de nuevo se les puso cara a la pared y colocaron una moneda que se les ordenó sujetar pegando la nariz a la pared, si esta caía recibirían más azotes. los dos obedientemente pegaron sus narices llenas de lágrimas contra el frio metal y allí quedaron mientras las hermanas seguían haciendo su trabajo. Al cabo de diez minutos, el sudor había hecho que las monedas de ambos estuviera a punto de caer, obligando a los chicos a adoptar posiciones muy incómodas, doblados y agachados. Mientras aquello pasaba ambos adolescentes escuchaban a aquellas mujeres advertir a los chicos nuevos que entraban que fueran buenos o acabarían como sus compañeros de la pared. Ambos no sabían qué sucedía, pero ningún chico llegó a protestar lo suficiente como para acabar haciéndoles compañía. Logan ya no podía más, todo le daba igual, pero cuando estaba a punto de rendirse las hermanas los llamaron.
-A ver, los angelitos de la pared ¡Venid aquí! podéis dejar caer las monedas, ya no estamos enfadadas
Ambos chicos se levantaron con gran cansancio escuchando un sonido metálico, proveniente de la moneda que chocaba contra el suelo. Se dirigieron hacia las hermanas. Antes de que pudieran reaccionar fueron levantados por los sobacos y metidos en las bañeras, acto seguido cogieron una pastilla de jabón y comenzaron a bañarlos. Entonces Tristán se alejó mientras Logan, más acostumbrado últimamente a que lo bañasen se quedó en el sitio solo preguntando.
-Pero dijeron que no bañarían a adolescentes como nosotros
La hermana rió y pellizcándole la nariz le dijo
-Pero vosotros ya no parecéis esos adolescentes cochinos, más bien parecéis niñitos adorables
-Pe... pe... pero...
No pudo acabar, fue silenciado cuando la hermana le lanzó agua a la cara y comenzó a manipular su cuerpo frotando con el jabón lavando cada centímetro de su cuerpo siendo extremadamente exhaustiva y no olvidando ningún lugar. Loa chicos rehusaron un poco más al llegar a sus partes más privadas, especialmente Tristán, pero unos buenos azotes mojados les persuadieron de que ellos no tenía ningún tipo de opinión al respecto. Mientras las hermanas les decían.
-Ya aprenderéis a perder esa vergüenza tonta frente a los adultos, los niños pequeños no tenéis nada que esconder.
Ambos chicos se pusieron rojos, con el comentario. Sin embargo, no tuvieron tiempo de asimilarlo, fueron aferrados de los pies y tirados hacia arriba, haciendo que sus cuerpos se precipitasen dentro del agua, teniendo que agarrarse con ambas manos a los bordes de la bañera para no ahogarse. Las hermanas con esponjas en las manos comenzaron a frotar las planta se de los pies de ambos chicos. Hasta que la que bañaba al castaño puso una expresión sorprendida.
-Mira hermana, Fíjate en esto, a este pequeño le bañan regularmente
Esto provocó la confusión de la mujer y el sonrojo de Logan, que no sabía cómo era posible que aquella mujer supiera aquello. Sin embargo sus preguntas pronto obtuvieron respuesta.
-La planta del pie de un niño es el espejo de su higiene, por lo general, los niños son especialmente perezosos a la hora de bañarse y lo hacen mal y con desgana. Eso hace que sus pies tomen un color amarillento y opaco, incluso en algunos casos casi brillante de la suciedad. Sin embargo, mira este pequeño, su planta del pie está blanca y clara. Algún papi o alguna mami se Encarga de bañarle. Por la pinta yo diría que al menos una o dos veces en semana alguien se encarga de tu higiene ¿Verdad angelito?
Logan quería contestar, aunque todo lo que hubiera dicho era cierto no podía permitir que su secreto se supiera. La hermana que escuchaba reía al ver aquella clase de cuidados y crianza infantiles. El chico quiso reclamar pero solo logró hundirse en el agua. Finalmente los sacaron y con toallas mullidas los secaron. Una vez todos secos, esperaban desnudos en una sala de espera. La madre superiora llegó con un carrito con diversos compartimentos. Los miró a todos y dijo.
-Que guapos estáis todos así, tan limpitos, ahora sí que se que seréis buenos, pero venga, es hora de vestirse
La madre abrió los compartimentos del carrito creando un super armario, lleno de pantalones, jerseys, camisas, calcetines y slips blancos.
-Este es vuestro nuevo uniforme, lo hemos buscado que fuera muy igual que el que llevabais en vuestra escuela.
Los chicos poco más querían saber, estaban hartos de humillación y solo querían vestirse y largarse de allí. El día transcurrió sin grandes novedades, Logan trató de instigar al desorden, pero todos los otros chicos no estaban por la labor de escucharle, incluso sus amigos le echaban la culpa de la ida de los frailes y la llegada de aquellas brujas. Pues según se había enterado el castaño, el y su amigo no habían sido los únicos adorados, varios chicos mayores habían acabado con culos muy rojos y casi sin poder sentarse.
La hora de la cena llegó. Esta era un gran banquete en el que no faltaba detalle, había comida de todo tipo, refrescos azucarados de todas partes y deliciosos postres. Esto reconfortó un poco a los chicos. Entonces llegó la hora de acostarse. Todos los chicos se dirigieron al que había sido su dormitorio la noche anterior, ahora tenía esas terribles paredes de tela de nuevo separándolo en compartimentos. En el centro de la estancia habían un carrito como el de aquella mañana en el que habían tenido que lanzar sus calzoncillos. A un lado una gran estantería llena de ropa de todas las tallas, desde pantalones hasta calcetines y slips perfectamente apilados.
-Bienvenidos angelitos del cielo, venga, ropita fuera, todo al carro, desnuditos para mimir.
Los chicos comenzaron a mostrarse reacios, pero tres hermanas entraron detrás de ellos y comenzaron a levantar sus jerseys, sacándoselos y tirandolos al cesto. Siguieron bajando los pantalones, varios chicos al ver aquello decidieron hacerlo por ellos mismos y mantener un poco la poca dignidad que les quedaba. Cuando varios estuvieron desnudos, la hermana que estaba sentada abrió un gran libro y fue leyendo sus nombres e indicándoles que pasaran de uno en uno a la Sala siguiente. Entonces llegó el turno de Logan.
-Logan Lucas de Ampurias Wood, pasa a la sala.
El castaño odiaba que lo llamasen por su nombre completo. Solo lo usaba su madre cuando estaba extremadamente enfadada con él, el chico se adelantó y de la manera más educada posible le dijo.
-Mi nombre es solo Logan, Lucas es mi segundo nombre y nadie me llama así, por favor, no lo use.
-Cielito, Lucas es un nombre precioso, así se llamaba uno de los apóstoles más importantes del señor.
-Pero...
-Es más, creo que así es como te vas a llamar mientras estés con nosotras, Lucas, es un nombre precioso y dulce para un niño precioso y dulce como tú, Logan es demasiado feo...
- ¿Qué? ¡Espera!¡Eso no puede ser! Odio ese maldito nombre
-Angelito, si no quieres más problemas hoy yo llevaría tu culete ya coloreado de rojo a la otra sala cuanto antes, si no, vas a ser un niño bastante dolorido...
Logan quería rebelarse, pero la hermana tenía razón en una cosa, su culo ya había sufrido bastante por un día. Así que decidió no darle más importancia y marcharse por donde le indicaban. Mientras avanzaba hacia la otra sala la hermana le apostilló.
-¡Y quita esas manos de tu delantera, aún no tenéis nada que esconder y podríais haceros daño sin querer!
Rojo como un tomate Logan avanzó y entró en la otra habitación donde le esperaba una hermana igual de enorme que las que lo habían bañado, esta le sonrió, pero a aquellas alturas una sonrisa de aquellas mujeres era algo que causaba bastante intranquilidad en el chico. La mujer le indicó que se acercase, el castaño vio que la mujer señalaba al suelo donde se encontraba un orinalito de gran tamaño con forma de patito donde un adolescente podría sentarse fácilmente y casi teniendo cuidado de no caer en el interior. El catorceañero comenzó a quejarse, sin embargo, la hermana lo agarró de la oreja y lo sentó rápidamente. Dos minutos pasó ahí, mientras veía como una cola de 4 chicos le observaba esperando sus turnos, entre ellos se encontraban Daniel y Jean Pierre que le miraban con miradas divertidas que causaban el absoluto sonrojo del otro. Finalmente se levantó sin hacer nada, lo que causó que un bufido saliese de la boca de la mujer, que dijo.
- Pasa con la hermana Gertrudis y no le des problemas, espero que lo que no has soltado aquí, no lo sueltes esta noche en la cama....
El castaño corrió lejos y atravesó una pequeña cortina, cuando llegó donde le habían encargado, vio una enorme mesa de cambiar pañales, tan grande que podría caber incluso su padre
-Hola hombrecito
Fue lo único que pudo escuchar Logan, pues en unos segundos estaba siendo levantado por los sobacos, colocado de espaldas encima de un enorme pañal, limpiado con toallitas húmedas, cubierto con talco, cerrado y la hermana lo estaba ayudando a levantarse. El castaño por su parte, que había estado como anestesiado debido q la rapidez, estaba volviendo en sí, se miró por un segundo y vio algo que le horrorizó.
-Pe... Pero.... ¡Estos pañales tienen dibujos como los de los bebés!
-Sois poquito más que bebés cariñín
-¡Esto que lo lleve tu madre!
Un fuerte azote en su trasero acolchado persuadió al chico de que dejara de hacer berrinches.
-Ahora ve a que te pongan tu pijama y te metan en la cama...
El chico cubierto de ira obedeció y pasó de sala. Cuando llegó, fue puesto en calcetines con pompones un camisón que le llegaba muy por encima de las rodillas y coronado con un gorrito de noche en forma de cono que colgaba hacia abajo un pompón. Logan quiso contestar pero de nuevo unos azotes le disuadieron. La hermana le miró y le dijo.
-No pongas esa carita de enfado cielito, somos una congregación femenina y nos solemos encargar de niñas, vuestros pijamitas de niño llegarán mañana probablemente, mientras tanto, toca ir así de guapos.
La hermana acompañó al chico a la último sala que parecía estar llena de jaulas, sin embargo, cuando Logan se fijó más, eran cunas, antes de que pudiera hacer nada, la hermana lo agarró de su culete acolchado recordándole su situación y lo obligó a marchar con ella, se retuvieron frente a una cuna con unas sabanas blancas, la hermana la abrió por el lateral, y le indicó que entrase. El castaño ya cansado de todo lo hizo y antes de marcharse la hermana metió un gran chupete en su boca, era tan grande que casi ocupaba toda su cavidad bucal, rápidamente el adolescente lo escupió ante el gesto de disgusto y desaprobación de la mujer que lo cogió, sacó de su bolsillo un bote de cristal, echó dos gotas en el pezón del chupete y se lo volvió a colocar al castaño, este de inmediato sintió un sabor extremadamente amargo y trató de volverlo a escupir. Sin embargo se encontró con que la mano de la hermana taponaba la salida.
- Me vas a guardar esto durante toda la noche ¿De acuerdo pequeñín? Y mañana por la mañana vendré a buscarlo al mismo sitio donde lo he dejado... Y por tu bien espero que esté ahí... Le he puesto una resina que hace que el sabor sea amargo, cuanto más lo chupes más se te acostumbrará la boca al sabor, pero si lo sacas, el choque volverá a ser igual de horrible y si lo dejas fuera y se seca... Que Dios te ayude... No podrás meterlo de nuevo en la boca.... Así que, buenas noches angelito
Diciéndole esto, le dio un beso en el frente del chupete que le hizo sonrojarse muchísimo, había sido su primer beso, un beso indirecto o algo así, pero su primer beso. Rojo como un tomate con un sabor horrible se lanzó sobre la cama a gritar sobre su almohada. Cuando se tranquilizó, se sentó y se puso a mirar alrededor y pudo ver como entraban de uno en uno sus amigos, ver a Tristán en aquella situación le hizo reír tanto que su chupete calló al colchón, rápidamente las palabras que le había dicho la hermana llegaron a su cabeza y como un rayo lo recogió y se lo colocó, no era ninguna mentira, el sabor amargo volvía a ser igual de intenso que en un principio, cosa que hizo hacer grandes muecas al castaño. Jean Pierre también entró y lo peor de todo era que el camión le quedaba grande, estaba terriblemente mono pensó Logan recordando a su Hernanito. Chupetes con resina le fueron colocados a algunos otros niños que como Logan habían sido osados como para escupirlos delante de las hermanas. Una vez todos estuvieron acostados en sus "camas" Un grupo de hermanas llegó e hicieron pasillo mientras se aproximaba la madre superiora que había hablado al principio de aquel día y que tan buen pronóstico les había dado esa mañana. Esta les echó un vistazo y sonrió juntando las manos.
-Que guapos estáis todos, tan limpitos, vestiditos, sin esos feos pelitos que os condicionan a hacer cosas mayores para las que aún no estáis preparados. Os preguntareis por qué todo esto... Pues bien, la cunita es solo para evitar que seáis traviesos y salgais de la camita, así podréis descansar sin problemas ni tentaciones del demonio de meteros en líos durante la noche...
-Una polla...
Gritó un chico desde una de las cunas tratando de escalar por los barrotes. Todas las hermanas se quedaron mirando en silencio sin hacer nada hasta que el chico llegó a la parte superior, en cuanto la tocó, soltó un grito de dolor y calló de nuevo sobre el mullido colchón. La madre volvió a sonreír y siguió hablando.
-Veis pequeñines, eso le pasa a los niños traviesos, solo las hermanas pueden sacaros de vuestras cunas, que están para vuestra protección y para que no armeis una como la que le formasteis a los pobres hermanos que pensaron que erais mayores. Los pañales iban a ser solo por seguridad, pues no os podriais levantar al baño, pero visto lo visto esta mañana, creo que habrá algunos a los que de verdad les haga mucho bien que los protejan. Y en cuanto a los pijamitas... Aunque estáis guapísimos vestidos de damitas, la Biblia prohíbe el travestismo, así que mañana deben llegar vuestros pijamas de niños. También deciros, nada en este internado será gratuito... Tendréis un sistema monetario basado en estas bonitas monedas.
Dijo levantando una bolsa de malla con monedas con dibujos de paw patrol.
-Cada día se os dará un número de monedas que podréis gastar. Pero bueno, mañana se os explicará el funcionamiento, de momento, dormid bien e intentar manteneos secos y en la cunita. Nada de quitarse los pañales ni los pijamas. Ahora buenas noches.
Dicho esto, se dio la vuelta y dejó a todos los adolescentes listos para dormir. Las luces se apagaron y los chicos algunos trataron de hablar, otros trataron de salir con el mismo resultado que el otro chico. Logan incluso llegó a escuchar algunas cintas de pañal despegarse y ser lanzados. Logan se tumbó sobre su espalda, debatiendo consigo mismo si se revelaba y se arrancaba aquel estúpido pañal también, como habían hecho algunos compañeros y se arriesgaba a mojar la cama o se lo dejaba y se arriesgaba a mojarlo. Haciéndose estas preguntas, sin darse cuenta se quedó dormido. Llegando entre sueños a las dos únicas conclusiones verdaderas. Había caído en el infierno y ese iba a ser un verano muy largo....
FIN